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 miércoles, 26 de julio de 2006  
Saddam pidió no ser ejecutado en la horca

Bagdad- Un delgado pero combativo Saddam Hussein se presentó hoy en su juicio, por primera vez desde su huelga de hambre y consecuente hospitalización, quejándose de que fue traído contra su voluntad y rechazando al tribunal como un brazo de la ocupación norteamericana.

“Fui traído contra mi voluntad directamente desde el hospital”, dijo Saddam al juez presidente. “Los norteamericanos insistieron en que viniera contra mis deseos. Eso no es justo”.

Asimismo le pidió a la corte no ser ahorcado “como un criminal común”, sino ser fusilado, si se le declara culpable de todos los cargos y se le condena a muerte.

Al iniciarse la sesión en el distrito fortificado de la Zona Verde, controlado por Estados Unidos, el derrocado presidente pudo luego hacer una declaración, empezando con un versículo del Corán, en el cual cuestiona la validez e imparcialidad de la corte, que podría condenarlo a ser ahorcado.

Saddam y siete ex funcionarios más están bajo proceso desde el 19 de octubre por el asesinato y tortura de chiítas en Dujail, luego de un intento de asesinato en contra del depuesto dictador. La fiscalía ha pedido la pena de muerte para Saddam y dos de los acusados.

“Le pido que siendo usted un iraquí, que si llega a un veredicto de muerte, de ejecución, recuerde que soy un militar y debo de ser muerto por un pelotón de fusilamiento y no colgado como un criminal vulgar”, dijo Saddam.

El juez presidente Raouf Abdel-Rahman le recordó a Saddam que el juicio no había terminado, por lo que la corte no tenía un veredicto. Las ejecuciones en Irak suelen ser en la horca.

Saddam repitió entones sus manifestaciones contra la legalidad de la corte.

Si usted fuera un verdadero iraquí, sabría que su país enfrenta una situación extraordinaria. No solamente nos resistimos a esta ocupación. No la reconocemos. No reconocemos todas las decisiones que ha tomado, entre ellas la de nombrar a un así llamado gobierno y a esta corte que usted representa”, dijo.

El juez presidente Raouf Abdel-Rahman lo interrumpió, diciéndole que “usted no fue traído en contra de su voluntad. Aquí está el informe médico, e indica que usted se encuentra en buen estado”.

“Yo nunca dije que estaba enfermo. Realizaba una huelga de hambre”, dijo Saddam.

Su última presentación ante la corte fue el 19 de junio, cuando el fiscal principal, Jaafar al-Moussawi, le pidió a la corte que le impusiera la pena de muerte a él y dos acusados más. Fue enviado a un hospital el domingo, en el décimo séptimo día de una huelga de hambre iniciada en protesta al juicio y en demanda de mejores condiciones de seguridad para sus abogados.
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