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 martes, 11 de julio de 2006  
Alemania 2006. Lo que dejó el Mundial
Los árbitros tendrán dedicación exclusiva en Sudáfrica 2010
La Fifa invertirá 40 millones de dólares para profesionalizar el referato

La Fifa invertirá alrededor de 40 millones de dólares para contar con árbitros con dedicación exclusiva en el Mundial de Sudáfrica 2010, el primero que se disputará en el continente africano.

"Debemos organizar el equipo de árbitros de manera muy profesional para Sudáfrica 2010. No se trata sólo del salario, sino de la psicología de la profesión. Si es mi profesión, soy menos influenciable por agentes externos", afirmó el presidente de la Fifa, el suizo Joseph Blatter.

Para Blatter, "será muy importante que los árbitros cuenten con dedicación exclusiva debido a las múltiples enseñanzas que dejó Alemania 2006".

En ese sentido, la Fifa tiene previsto invertir unos 40 millones de dólares para contar con árbitros que se dediquen exclusivamente a dirigir a partir del próximo Mundial.

"Una de las enseñanzas que nos dejó el Mundial 2006 es la necesidad de tener árbitros profesionales", insistió el dirigente, quien pretende que los jueces dejen de lado sus ocupaciones paralelas.

Al igual que en la mayoría de los mundiales anteriores, Alemania 2006 también contó con algunos arbitrajes polémicos que despertaron críticas hacia los jueces y a la Fifa, encargada de designarlos a dedo para cada partido.

"Queremos que en el futuro haya un enfoque uniforme en la aplicación de las reglas. Cuando un árbitro deja pasar las cosas y otro toma decisiones severas, los jugadores no saben dónde está el límite", señaló el suizo.

Blatter fue muy crítico con algunos arbitrajes en el Mundial, especialmente con el del ruso Valentin Ivanov en el partido entre Portugal y Holanda, en el que expulsó a cuatro jugadores y batió el récord de tarjetas.

Otra de las actuaciones más flojas recayó en el inglés Graham Poll, quien en el encuentro Australia-Croacia coronó una muy pobre tarea amonestando tres veces al defensor del equipo europeo Josip Simunic.

En los 64 partidos del Mundial, los árbitros expulsaron a 28 jugadores y sacaron 307 tarjetas amarillas, las máximas cifras históricas. (DyN)
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