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 martes, 11 de julio de 2006  
Luto por 72 horas en las casas de altos estudios de Rosario
Murió ayer Ricardo Suárez, el rector de la Universidad
El funcionario de 69 años falleció sorpresivamente. El ámbito académico y político lo despide con dolor

Isolda Baraldi / La Capital

El rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Ricardo Suárez, murió ayer sorpresivamente, lo que conmovió no sólo al ámbito académico local sino también el nacional. El luto llegará a las casas de altos estudios más allá del receso invernal.

Así, y a pesar de las vacaciones, las facultades se cerrarán por 72 horas. Suárez, de 69 años, cumplía por estos días con su segundo mandato en la universidad (había asumido en el 98 y fue reelecto en 2003), y esperaba entregar el mando en junio del año próximo, cuando la Asamblea Universitaria votara las nuevas autoridades.

Lo cierto es que el funcionario deja una gestión por la que no sólo fue distinguido a nivel nacional, sino que también fue reconocido por sus pares del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), ya que además de que lo presidió por un período, siempre levantó las banderas de la universidad pública, gratuita y con ingreso directo.

Pero tal vez su objetivo más tenaz fue -durante todos estos años- lograr aumentar el presupuesto que la Nación otorga a Rosario y al que calificaba como "el más bajo del país" en pos de mejorar la calidad académica.

En ese marco, no sólo tocó las puertas de todos los gobiernos nacionales sino que llamó una y otra vez a los legisladores santafesinos para lograr mayores fondos para Rosario. No se cansó de denunciar de que a pesar de que la rosarina es una de la casas de estudios más grandes de la Argentina, se le asigna el presupuesto más bajo en relación a su categoría, cantidad de carreras ofrecidas y alumnos. "La universidad pública, gratuita y de ingreso directo es lo que necesita el país", aseveró en marzo pasado a La Capital.

Su deceso abre una nueva instancia política dentro de la universidad, ya que en su cargo quedará el milletista Angel Gimbatti, quien por estatuto deberá convocar a una Asamblea Universitaria en 90 días para decidir el nombre del responsable académico que culminará el mandato.

Suárez había ingresado el sábado, a las 16, al Sanatorio Los Arroyos, donde lo internaron en terapia intensiva. Según el parte médico, arribó con un cuadro de paro cardiorrespiratorio, del que fue reanimado, y de inmediato se le diagnosticó un aneurisma disecante de aorta torácica tipo A, con compromiso carotídeo, lo que le ocasionó un accidente cerebrovascular irreversible y falleció ayer a las 16. Sus restos son velados en la cochería Caramuto (Córdoba 2800) y serán sepultados hoy, a las 14, en el cementerio El Salvador.

Ayer por la tarde, sus colaboradores más directos recordaban el carácter "afable y amable" del funcionario. Y todos coincidieron en señalar que "ni en los peores momentos levantaba la voz".

"Nunca jamás maltrató a nadie y su sueño era dejar la gestión del mejor modo posible, todo ordenado, mejor que cuando asumió", resaltaron. El propio Suárez había admitido que ésa era su próxima meta en la última entrevista que le realizó este medio, en el mes de marzo.

Suárez dirigió la UNR bajo los gobiernos de Carlos Menem, Fernando De la Rúa, Eduardo Duhalde y ahora Néstor Kirchner. No fueron épocas fáciles, y junto con el férreo reclamo por mayor presupuesto, buscó siempre el consenso y el mejor modo de pilotear la sucesivas crisis educativas, paros de docentes incluidos y protestas estudiantiles.

Fue quien además afinó el lápiz y cuando el gobierno de la Alianza redujo los salarios de los docentes y no docentes un 13 por ciento, se las ingenió para devolverlo en tickets canasta. La oferta cosechó críticas, pero a la hora de cobrar, todos estuvieron de acuerdo y fue un modo de alivianar la crisis económica.

A la hora de hablar de logros, Suárez señalaba sin falsa modestia el premio Balseiro, otorgado por el Ministerio de Educación de la Nación el año pasado en reconocimiento a su gestión desde el año 2000, y la labor científica y tecnológica de la UNR. También destacaba la importancia de las acreditaciones que recibieron las facultades de Medicina e Ingeniería por parte de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). "Son ejemplos en el país en cuanto a la calidad de enseñanza y los estándares académicos alcanzados", se enorgullecía.

También estuvo a la hora de poner el hombro para reabrir los comedores universitarios, de crear fondos para becas a los estudiantes y mirar de buen grado el reclamo por el medio boleto estudiantil.

"Este es un momento de pérdida irreparable, para aquellos que tuvimos la oportunidad de construir, junto a él, una universidad más democrática y equitativa", subrayó el ex presidente de la Federación Universitaria de Rosario (FUR), Roberto Bisso.

Así las cosas, este rosarino, casado y con cuatro hijos, que cursó sus estudios secundarios en el Normal Nº1 y luego se recibió de contador en Ciencias Económica de la UNR, deja entre los que lo conocieron el reconocimiento de un hombre honesto, amable y con la firme convicción de que la educación pública era el camino para lograr un país mejor.
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Su gestión al frente de al UNR tuvo reconocimiento de sus colegas.

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