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martes,
11 de
julio de
2006 |
La tuberculosis preocupa
a la Defensoría del Pueblo
. Si bien durante el año pasado hubo un descenso en el porcentaje de afectados, las estadísticas oficiales reflejan que la situación vuelve a adquirir relevancia en Rosario y su zona de influencia. Por este motivo, Bermúdez llamó a la población a "no perder la calma y mantenerse informada para no sobredimensionar el problema", pero también a "estar alertas", ya que si aparecen síntomas que se prolongan durante más de diez días es conveniente concurrir al centro de salud más cercano para salir de duda o, en caso de haber contraído la enfermedad, darle el tratamiento médico adecuado.
La problemática tomó estado público a partir del contagio y la sucesión de casos de tuberculosis en un Centro Crecer del barrio Industrial, que generó preocupación y alarma debido a que en ese solo vecindario, donde viven centenares de familias en condiciones precarias, se detectaron numerosos casos (entre 8 y 24, según distintas fuentes).
Según las estadísticas del Ministerio de Salud provincial, de los actuales 555 afectados santafesinos, 325 pertenecen al Area de Salud VIII (Rosario y parte del Gran Rosario). Y pese a que durante 2005 se registró un descenso del 27 por ciento de los afectados respecto de 2003, ahora la situación volvió a adquirir relevancia en la ciudad.
En este sentido, el defensor del pueblo sostuvo que la prevención pasa por la detección precoz de la enfermedad, de manera tal que se pueda evitar la transmisión a otras personas.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que alcanzó su máximo apogeo en el siglo pasado y está vinculada a la falta de condiciones higiénicas adecuadas y al hacinamiento. Sin embargo, en la actualidad produce alrededor de un millón de muertes en todo el mundo, pese a ser fácilmente controlable si se atienden a tiempo los primeros síntomas y se toman las medidas de precaución adecuadas.
La bacteria puede transmitirse a través del aire, por minúsculas gotas que contienen los bacilos y que las personas infectadas sin tratamientos, o que se encuentran en los primeros días de incubación, eliminan al toser, estornudar o hablar. Sin embargo los riesgos reales de contagio se producen cuando se permanece en contacto prolongado con el infectado. La transmisión por vía alimentaria no es habitual.
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