La nulidad de las leyes del perdón

El primer juicio oral y público tiene su detenido: el represor Etchecolatz

La Justicia le revocó la prisión domiciliaria y ahora pasará sus días en una cárcel común

El primer juicio luego de la anulación de las leyes del perdón ya tiene su preso: el ex comisario Miguel Etchecolatz, a quien el tribunal que lo juzga le revocó la prisión domiciliaria que disfrutaba.

El represor debe volver a un establecimiento carcelario común donde se preserve su "integridad psicofísica". Hasta ese momento, el Tribunal Oral Federal de la La Plata ordenó a la Policía Federal que le coloque custodia en su domicilio de Mar del Plata para que "no intente fugarse ni autoagredirse", dijo un funcionario judicial.

La disposición judicial no determinó en qué lugar deberá cumplir su prisión, pero fuentes forenses estimaron que podría ser la cárcel de Villa Devoto, que posee un hospital y un pabellón de gerontes. El beneficio de la prisión domiciliaria en atención a la avanzada edad (el ex comisario tiene 77 años) está establecido por el artículo 33 de la ley 24.660.

De ese mismo privilegio gozan en la actualidad los principales jerarcas de la dictadura condenados por crímenes atroces y que siguieron presos, pese a los indultos porque quedaron fuera del paraguas de las leyes del perdón en virtud de que participaron del robos de bebés de presas clandestinas.

La resolución fue festejada en la sala del Palacio Municipal platense con una inmensa pero silenciosa sonrisa por la querellante Nilda Eloy, quien identificó al ex comisario como su secuestrador y torturador. También por el abogado Alejo Ramos Padilla, quien había pedido la medida con respaldo parcial del fiscal Carlos Dulau Dumm.

Etchecolatz está siendo juzgado por varias desapariciones, homicidios y tormentos, pero ya fue condenado a 23 años de prisión por otros casos similares juzgados en la denominada Causa Camps.

El tribunal aceptó el reclamo de considerar "una circunstancia de riesgo para sí y para terceros" que un imputado de graves delitos poseyera en su domicilio de Mar del Plata una pistola calibre 9 milímetros con 50 balas.

Ante la denuncia del hecho, los familiares de Etchecolatz se apresuraron a entregar el arma a la delegación de la Policía Federal marplatense, mientras que el defensor Luis Boffi Carri Pérez aseguró que su cliente no tenía ni intención ni chances de fuga. Pero el tribunal entendió que "si un detenido con régimen de prisión domiciliaria puede perder el beneficio e ir a la cárcel por el sólo hecho de salir a jugar al tenis o comprar pan, repugnaría al más elemental sentido de equidad que no lo perdiera quien posee en su casa una Browning 9 mm de Fabricaciones Militares".

Etchecolatz ya estuvo detenido en el hospital de Devoto desde setiembre del 2004, cuando el juez federal platense Arnaldo Corazza dispuso, luego de la derogación de las Leyes del Perdón por el Congreso, que los condenados por la causa Camps cumplieran prisión retrotrayendo la situación a 1988.

Pero el año pasado la Cámara Federal de La Plata revocó ese criterio y lo envió a su domicilio ante un pedido de sus defensores que alegaron razones de salud y exhibieron un certificado médico.

La medida fue adoptada ayer por el Tribunal Oral Federal platense en el tercer día de audiencias del nuevo juicio al ex mano derecha del jefe de la Bonaerense durante la dictadura, Ramón Camps.

Al ex comisario lo espera Villa Devoto.