Alan García cierra filas con Brasil y Chile ante Chávez

El presidente electo peruano se ha transformado en un freno a la expansión del proyecto chavista

Lima. - Analistas peruanos coincidieron en que el impulso a las relaciones de Perú con Brasil y Chile, a raíz de las recientes visitas del presidente electo Alan García a Brasilia y Santiago, servirán para frenar el "empuje" del mandatario venezolano Hugo Chávez en la región. De hecho, Chávez sólo ha podido sellar una alianza firme con el gobierno del izquierdista boliviano Evo Morales. La derrota de "su" candidato en Perú, el militar nacionalista Ollanta Humala, en la segunda vuelta ante Alan García a principios de junio, le provocó al caudillo venezolano una derrota importante en sus planes de expansión en Sudamérica.

"La revigorización de la relación de Perú con Chile estará, en el peor de los casos, en capacidad de contener el empuje chavista en la subregión andina, en el Mercosur (al que se incorporará Venezuela a inicios de julio) y quizás hasta en la ONU (Caracas aspira a ser miembro del Consejo de Seguridad)", señaló el internacionalista peruano Alejandro Deustua.

El mandatario electo peruano se reunió este jueves con la presidenta chilena Michelle Bachelet en Santiago, y mostró gestos de acercamiento con su vecino, como la disposición de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC). A la vez aprovechó la ocasión para fustigar al gobernante venezolano, con el que mantiene diferencias desde la campaña electoral peruana, cuando Chávez lo cubrió de insultos y apoyó abiertamente a Humala.

Chávez dijo desde Panamá que mientras García sea presidente no habrá relaciones con Perú, las cuales se mantienen a nivel de encargado de negocios, tras el retiro de los embajadores en Caracas y Lima hace casi dos meses.

"La reaproximación de dos gobiernos (Perú y Chile) que se rigen por los términos liberales de la democracia representativa y de la economía de mercado fortalecerá la vigencia de ese orden en la región ahora desafiado por formas autoritarias y pseudoparticipativas de regímenes de manifiesta vocación estatista", indicó Deustua.

Para el experto en temas internacionales Ernesto Velit, el proyecto de Chávez "está en camino de desaparecer" y la reunión del presidente brasileño, Lula da Silva, con el electo jefe de Estado peruano la semana pasada en Brasilia marca una distancia con Caracas. Lula se encamina a su reelección en octubre (ver aparte). Su pragmatismo moderado durante su primera presidencia, tal vez la mayor desilusión de la izquierda radicalizada sudamericana en décadas, aleja cualquier posibilidad de un eje entre Brasilia y Caracas.


Visita a Colombia
"El hecho de que se debilite el proyecto de Hugo Chávez anuncia la voluntad de construir un eje de colaboración con los gobiernos calificados de izquierda democrática, como el de Lula, Michelle Bachelet, y un caso particular desde la derecha, (el presidente de Colombia), Alvaro Uribe, elemento clave por su proximidad con Estados Unidos", indicó Velit. Uribe extendió también a García una invitación para visitar su país, viaje que podría concretarse la próxima semana.

Tras su triunfo electoral del 4 de junio, García dijo que no pretende liderar la "bandera antichávez" en la región y abogó por las relaciones con Venezuela basadas en el respeto mutuo. Sin embargo, Chávez respondió que las relaciones con Perú permanecerán "en el más profundo congelador" hasta que García le ofrezca disculpas al gobierno venezolano, lo que fue descartado por el socialdemócrata.

García sostuvo en Santiago que no tendrá ninguna importancia si Chile decide apoyar a Venezuela para que integre el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, un asunto que se viene debatiendo hace semanas. Chile y Perú atravesaron el año pasado una grave crisis, al impulsar el ex presidente Alejandro Toledo una nueva frontera marítima con Chile de manera unilateral. La firma del TLC y la reconciliación que ahora impulsan los presidentes Bachelet y García dejarían atrás esa tensión.

Bachelet y García en Santiago.