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viernes,
23 de
junio de
2006 |
Indicios que no están, convicciones que quedan
La pesquisa Cabrera desató un fuerte disenso judicial. Pero un juez y un fiscal están seguros de la culpa del policía
La inusual medida que tomó el juez Ivaldi Artacho en la causa Sandra Cabrera no solamente impedirá que una causa referida a un hecho de enorme sensibilidad pública vaya al archivo. Una línea de interpretación elemental apunta, además, a que los encargados del caso muestran, con este movimiento, que no quieren desligar a Diego Parvluczyk de la investigación. Por una sencilla razón: los que llevaron adelante el caso inicialmente en tribunales están convencidos de que, pese a que no se acopiaron indicios objetivos, el oficial de la Federal es quien mató a la ex líder de las meretrices. Y esperan que asomen elementos que puedan probarlo.
Al cabo de una larga investigación, el juez Carlos Carbone había procesado a Parvluczyk a mediados de 2004 como autor material del homicidio por una suma de indicios. A su criterio, su motivación había sido eliminar a Cabrera ante la amenaza que ella, que tenía una relación sentimental con él, implicaba tanto para su trayectoria profesional como para su vida afectiva. Sandra era informante del policía, que trabajaba en el área de Drogas de la Federal.
La Cámara Penal, integrada por Ernesto Pangia, Alberto Bernardini y Eduardo Sorrentino, poco después objetó el procesamiento: estableció que Carbone había valorado erróneamente los indicios y llegado a una conclusión falsa con lo que impidieron que Parvluczyk llegara a juicio.
En ese momento Carbone no pudo disimular su decepción: resaltó su convicción de que Parvluczyk era culpable y dijo a una radio rosarina que la resolución de sus superiores era "un hecho importante en contra del esclarecimiento". Otro que acompañó esa valoración fue el fiscal de la causa, Ismael Manfrin, quien dijo que los camaristas que revocaron el fallo de Carbone ni siquiera habían tomado en cuenta indicios que apuntaban contra el policía: "La Cámara se equivocó", planteó.
Contra Parvluczyk
Manfrin puntualizaba tres situaciones contra Parvluczyk: que el oficial admitió que estuvo con Cabrera un par de horas antes del crimen, que por su situación de policía debió comunicarlo de inmediato a tribunales sin hacerlo es una. Otra es que supo por la prensa que se había encontrado semen en el cuerpo de la víctima y como había mantenido contacto sexual con la mujer la noche del crimen entendió que podía ingresar al caso como sospechoso, con lo que se presentó para declarar, aunque para el fiscal debió haberlo hacerlo antes. Por último, no ofreció con anterioridad a testigos, su esposa y una amiga, que lo situaron en su propio hogar a la hora que mataban a Cabrera.
En el medio de la discusión, el abogado del policía, Carlos Varela, recusó a Carbone adjudicándole parcialidad. El juez rechazó ese planteo pero la Cámara lo admitió y el caso pasó al juez Ivaldi Artacho. Poco después de su difusión, el secretario de Derechos Humanos, Domingo Pochettino, consideró discriminatorio al fallo y dijo que se había elaborado "sobre pautas culturales que, al menos, son erróneas", dado que en un párrafo, a juicio del funcionario, hacía menciones disvaliosas hacia los ámbitos en que se movía la víctima y sus actividades.
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