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domingo,
18 de
junio de
2006 |
Opinión: Una goleada que nos dio chapa
Luis A. Yorlano / desde Alemania
Cuando en la madrugada del viernes los argentinos nos íbamos encontrando en todas las estaciones, después del 6 a 0 frente a uno de los más temidos del Grupo de la Muerte, el tema era con qué equipo debíamos enfrentar a Holanda. Los argentinos tienen una idiosincrasia muy particular en cuanto al fútbol.
A la hora de clasificar se conforman con poco. No importa si jugamos bien, el tema es meternos en la próxima ronda. Ahora que pasó el susto, dicen que hay que cuidar a los titulares.
El Mundial es un torneo corto. Los equipos van de menor a mayor. En el tránsito por los seis partidos que deben jugar los que llegan a la final, los jugadores se deben adaptar a las temperaturas, muchas veces distintas a las de sus países de origen y deben ir buscando su mejor perfil futbolístico, para no caer en los errores.
Por esto, frente a Holanda, la única especulación entendible, es la de las amarillas. Argentina debe jugar con lo mejor que tiene. La pregunta es si el equipo respetará en cada partido la técnica de sus jugadores. Se demostró que se puede jugar bien y ganar. Si repasamos los partidos, dos de los que están en el lote de los candidatos, Alemania e Inglaterra, tuvieron que luchar mucho para ganarle a Polonia y Trinidad Tobago.
En el fútbol, los que marcan las diferencias son los jugadores con técnica. Y si la selección argentina apuesto a ésta, como hace Brasil, este puede el camino para llegar a la final.
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