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sábado,
17 de
junio de
2006 |
Efemérides
Un 17 de junio
1972: Comienza el escándalo por el caso Watergate La peor de las pesadillas para el entonces presidente norteamericano Richard Nixon comenzó la noche del 17 de junio de 1972 cuando cinco hombres fueron detenidos en las oficinas del comité nacional del Partido Demócrata -donde se estaba organizando la campaña electoral para la presidencia-, ubicadas en Washington en un lujoso edificio llamado Watergate. A los pocos días se los acusó de haber entrado allí para robar documentos, pinchar teléfonos e instalar escuchas telefónicas. Acto seguido saltaron a la palestra los nombres de dos ex agentes de la CIA: James W. Mc Cord y Howard Hunt, lo que vinculó directamente el escándalo de las escuchas con Richard Nixon. El presidente intentó tomar distancia del escándalo pero las investigaciones se multiplicaron. Woodward y Bernstein, dos periodistas del Washington Post, publicaron información privilegiada suministrada por una fuente anónima a la que llamaron "Garganta Profunda" (foto). En abril de 1973 comenzaron las dimisiones en cadena de los colaboradores más directos del presidente, al que a su vez luego se le pidió que entregara las cintas magnetofónicas de todas sus conversaciones. La desaparición de algunas de las cintas y los significativos "borrones" en las pocas que fueron entregadas pusieron a Nixon en el ojo de la tormenta. El Congreso pidió entonces someterlo a un proceso de incapacitación para ejercer la presidencia y sin poder contar con ningún apoyo Nixon terminó renunciando el 8 de agosto de 1973. El caso Watergate, donde a través de la denuncia por corrupción se pudo hacer dimitir a Nixon, es visto por algunos como el paradigma que debería guiar al pueblo norteamericano para estar alerta y evitar el abuso de poder de sus dirigentes. El 1º de junio de 2005 Mark Felt, de 91 años, y quien fuera el número dos del FBI, confesó ser el informante misterioso que filtró información y destapó el Watergate, develando así uno de los secretos periodísticos mejor guardados de la historia. Sus allegados creen que debe ser condecorado como un héroe nacional, pero Felt no opina lo mismo. "No creo que ser informante sea motivo de orgullo... Uno no debe filtrar información a nadie", dijo en cierta ocasión a uno de sus hijos.
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