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sábado,
17 de
junio de
2006 |
Argentina,
país generoso
Ay, bendita patria que soporta todo y a todos... Poco hemos aprendido de errores pasados y presentes, y parece que nos aseguramos y sin fallar los problemas futuros. Primero fue la hiperinflación, luego nos pidió que lo sigamos y nos defraudó, 10 años después otra siesta radical acabó con ruido de cacerolas, tiros, helicóptero y cobarde huida. En pocos días varios capitanes, pero el barco siguió a la deriva. Fue tiempo entonces del autoproclamado pingüino, es tiempo de la peor desigualdad económica vivida por los argentinos. Pero va por más y nosotros, obvio, cómplices perpetuos. ¿Cómo es posible que repetitivamente dejemos nuestros destinos en manos de "señores" que anhelan como único objetivo su bienestar, su perpetuidad en el poder y su enriquecimiento? ¿No será hora de replantearse y analizar qué nos pasa, de participar, de exigir, de rebelarse, de nuevas ideas? ¿De no permitir que nos quiten ni la ilusion, ni las ganas, ni el derecho a vivir en un país justo, digno y equitativo? Sólo la unión, las ideas y la educación nos sacarán ade lante.
Diego Berola
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