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domingo,
11 de
junio de
2006 |
Al margen de la historia oficial
Seis meses después de los hechos de junio de 1956, el periodista Rodolfo Walsh escuchará de boca de un informante: "Hay un fusilado que vive". Semejante revelación será el punto de partida de la investigación que habría de desembocar en "Operación Masacre", obra primariamente publicada en entregas en el periódico nacionalista "Mayoría", entre mayo y julio de 1957.
La investigación de Walsh girará en torno a los fusilamientos de civiles que se producen en los basurales de José León Suarez durante la madrugada del 10 de junio. La pesquisa significará un punto de inflexión, no sólo en su carrera periodística, sino, asimismo, en su derrotero político: Walsh, que había saludado el golpe septembrino, comenzaría en adelante a ligar su suerte a la de los vencidos en las jornadas de junio. Su adscripción progresiva al nacionalismo revolucionario lo llevará con el tiempo a relacionarse con sectores del peronismo combativo, primero a través de las estructuras de la CGT de los Argentinos, y luego, en la década de los 70, militando activamente en la organización Montoneros.
Siendo oficial de inteligencia de aquella organización, el 25 de marzo de 1977, un día después de escribir su celebre "Carta abierta de un escritor a la Junta Militar", Walsh fue abatido por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada.
"Mártires y verdugos", libro de Salvador Ferla publicado en 1964, resulta un documento ineludible para dar cuenta de los pormenores del intento insurrecional en todo el país. Aún así, los sucesos de Rosario aparecen consignados sólo en dos escuetos párrafos.
Ferla se abocará en su obra a develar la inquina y el odio de clases que trasuntaba la reacción planificadamente desmedida de los responsables de aplastar el alzamiento. "No se fusila para reprimir, se fusila para castigar", señalará, agregando más adelante: "Se quiso castigar el 17 de octubre".
E. T.
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