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 domingo, 11 de junio de 2006  
Un volcán de adrenalina
Los rosarinos le hicieron el aguante a la selección y celebraron la victoria a pura pasión

Lucas Vitantonio / Ovación Mundial

Necesidad de festejar. Pasión por los colores más lindos del mundo, el celeste y el blanco. Urgencia por escribir el tercer capítulo de la leyenda que tuvo como protagonistas a Mario Kempes en el 78 y a Diego Maradona en el 86, en las máximas consagraciones del fútbol criollo. Orgullo por pintarse la cara y salir a gritar a los cuatro vientos: “Aguante Argentina”. Tal vez estas sean algunas de las razones que desataron la locura en Rosario luego de la victoria de ayer ante Costa de Marfil, que tuvo como epicentro obligado el Monumento a la Bandera.

  Ver los partidos mundialistas de la selección se convirtió en una verdadera ceremonia. Por ello ayer la ciudad amaneció embanderada y a medida que se acercaba el horario del partido la gente lucía con orgullo camisetas, gorros y todo tipo de cotillón relacionado con el equipo nacional.

  Los bares y restaurantes fueron el sitio preferido para seguir las alternativas del juego a través de pantallas gigantes o sofisticados monitores de plasma. Entre amigos, los rosarinos vibraron en el bautismo mundialista del equipo de Pekerman. Hubo tiempo para comerse las uñas ante cada intento del moreno Drogba, de enfurecerse con las calesitas de Riquelme y de estallar de alegría cuando Crespo y Saviola agitaron la red.

  Claro que sobre el final los minutos parecieron eternos y el alivio llegó con el pitazo final. La gente que copó los bares despidió a los jugadores con un fuerte aplauso y después el punto de encuentro fue el Monumento.

  Allí se multiplicaron los bocinazos, las canciones contra Brasil y el delirio por empezar el Mundial con buen pie. La gente tenía la necesidad de celebrar y lo hizo. La mayoría del centenar de almas que se reunió en el Monumento era adolescente, un dato alentador que sirve para graficar que la semilla de la pasión por la selección prendió en las nuevas generaciones. Ojalá que los festejos se repitan.


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Los rosarinos volvieron a reunirse junto al Monumento.

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