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domingo,
11 de
junio de
2006 |
Estética: la belleza no es exclusividad femenina
Clarisa Ercolano / La Capital
Hombres estéticos, el concepto, hay que reconocerlo, despierta la curiosidad y muchas veces, los prejuicios. Cosmetólogas y esteticistas aseguran que "siempre existieron los hombres que usaban las cremas a escondidas de las mujeres". De la mano del famosísimo y no por eso menos glamoroso, David Beckham, quien no tuvo reparos a la hora de entrar a una cancha de fútbol con aritos, uñas pintadas y peinados dignos de un salón de peluquería, comenzaron a crecer las filas de los hombres que invierten tanto o más tiempo que las mujeres en verse mejor.
Silvia Armoa es cosmetóloga y esteticista, y como fiel testigo de esta transformación, asegura que actualmente ya no existe sólo la clasificación del hombre heterosexual y el hombre homosexual. "Hay un sinfín de variaciones que ya no se refieren a la orientación sexual del hombre ni a la desaparecida actitud del rudo macho argentino que salía a divertirse los sábados por la noche, con el cabello mojado con Glostora, el bremer sobre los hombros y el infaltable perfume Patrichs u Old Spice", dice.
"El hombre orienta su cuidado físico como respuesta al preponderante culto de la imagen personal, dónde tácitamente toma como referente el canon de belleza griega impuesto por los grandes mercados y la industria de la estética y la cosmética", explica Armoa.
Dentro de las variadas definiciones del hombre actual resuenan con fuerza los metrosexuales (heterosexuales, consumistas de toda clase de implementos para la estética, que transitan en la metrópolis), de allí lo de metrosexual. Conocen de moda y cosméticos, adoran ir de compras, cuidan su imagen personal y son aficionados al gimnasio. En su mayoría responden al modelo de tipo urbano, profesional y liberal con dinero, distante del libro-a excepción de los best seller a los que alcanzan a leer el prólogo- debido a la excesiva demanda de tiempo que consume su cuerpo.
También están los ubersexuales: similares a los metrosexuales, al igual que aquellos, les interesa mantenerse arreglados pero sosteniendo sobre todo, una imagen masculina y viril.
Otra clasificación es la de los metroemocionales, que dirigen su imagen no sólo al exterior sino también al interior, con la intención de lograr una sólida base emocional que les permita evolucionar. Ellos no dudan de solicitar ayuda psicológica o realizar cursos de protocolo. El metroemocional no tiene problemas en expresar claramente sus sentimientos.
Para todos los gustos
Gimnasios e institutos de danzas están a la cabeza de los requerimientos masculinos. Allí hacen aparatos, boxing, spinning, en algunos casos con complementos dietarios y no se privan de aprender danzas populares.
Inmediatamente después vienen las cirugías estéticas. La más solicitada por el hombre estético es la rinoplastia (cirugía de nariz), como también la de abdomen, o recurren a las prácticas de rejuvenecimiento facial y mejoras en lesiones cutáneas causadas por acné o accidentes; con láser, relleno con ácidos, botox y hasta lifting.
Pero no sólo de belleza vive el hombre, que de un tiempo a esta parte también se muestra interesado en mejorar su salud y reducir el estrés concurriendo a sesiones de masaje y aromaterapia para relajar tensiones y mejorar la circulación, y por qué no, a someterse a masajes estéticos para reducir el contorno corporal.
Si con el masaje no alcanza, la alternativa está en el médico nutricionista o dietista que organiza programas de alimentación, además de elaborar un cuidadoso plan de mantenimiento para no volver a engordar.
Cabello, piel y uñas, hay para todos los gustos y bolsillos a la hora de embellecerse. Inclusive, para los más detallistas, existe la posibilidad de depilar excesos de vellosidad mediante el uso de cera formulada especialmente.
La mejora del aspecto físico encuentra nuevos aliados en los masajes lipo reductores, exfoliaciones corporales y el uso de masajes reafirmantes. Y para que el rostro también ocupe un lugar central, existen numerosas opciones de máscaras y tratamientos faciales que usan materias primas como las uvas, el chocolate y las algas marinas.
El hombre estético tampoco duda en recurrir al estilista para solicitar un corte de pelo que armonice con los rasgos, además de solicitar otros servicios como disminución de canas a través de procesos químicos, planchados y tratamiento para la caída del cabello. Los más osados se animan a recurrir al maquillaje para eventos sociales nocturnos o fotografías.
En época veraniega están a la orden del día los autobronceantes o jaleas bronceadoras, además de los servicios de cama solar.
Sólo para hombres
Atendiendo a las crecientes demandas del mercado masculino, Fanny Perfumerías abrió un sector de cosmetología exclusivo para hombres, donde probar las cremas, hacerse limpieza de cutis e instruir acerca de los tratamientos creados especialmente por tres laboratorios internacionales. "Algunos piensan que con usar la crema de la mujer es suficiente", asegura Liliana Forti, responsable del sector.
Según Forti, en Europa el concepto es diferente. "En Argentina al hombre le cuesta cuidarse la piel y no se dan cuenta de que sufren más agresiones cutáneas que la mujer (en la afeitada), o sequedad de la piel y agresiones como el sol y el viento, que afectan a todos sin distinción de sexos".
Los productos son variados. Los hay para limpieza, hidratantes, exfoliantes, antiarrugas y cremas especiales para el contorno de los párpados. "El hombre cree que sólo existe el after shave, la loción y el desodorante", explica la especialista. De hecho, la perfumería realizará una campaña de difusión para que los hombres dediquen más tiempo al cuidado de la piel.
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