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domingo,
11 de
junio de
2006 |
Sabores de vida: carne al horno con hongos y hierbas
Quique Andreini / La Capital
Mi querida amiga, cuentan que una vez un rey ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que realmente le gustaron y tuvo que elegir entre ellas. La primera era un lago muy tranquilo, un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre ellas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esa pintura pensaron que reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas, pero eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. La imagen no revelaba nada pacífico. Pero cuando el rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de una roca. En ese arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio del nido. Paz perfecta. ¿Cuál cree que fue la pintura ganadora?
El rey escogió la segunda. ¿Sabe por qué? Porque, como explicaba el rey la paz no significa estar en un lugar sin ruidos, problemas, trabajo duro o dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos con calma en nuestro corazón. Ese es el verdadero significado de la paz. Y ahora a cocinar un riquísimo lomo al horno.
Necesitará:
1 lomo, o colita de cuadril
2 cucharadas de manteca
1 cebolla
1 cucharada de hongos secos
1 vaso de vino blanco
1 taza de caldo de carne
1 cucharada de extracto de tomate
sal y pimienta
hierbas aromáticas
Condimente la carne con sal y pimienta y átela para que tenga buena forma. Colóquela en una asadera con las dos cucharadas de manteca e introduzca en el horno precalentado, cocinándola algunos minutos, dándola vuelta para que se dore pareja. Incorpore la cebolla cortada, las hierbas aromáticas y los hongos secos los que habrá rehidratado previamente en una infusión de té (sí leyó bien, en té, profundiza el color y el sabor, haga la prueba y después me cuenta) y el vaso de vino blanco y el caldo en el que habrá diluido el extracto de tomate.
Continúe la cocción a fuego moderado hasta que la carne esté a punto ¿cómo saberlo? Muy fácil, y le servirá para cualquier corte: estando en cocción, cualquiera sea el método empleado, observe el jugo que exuda la carne, al principio será rojizo, en ese caso la carne estará con el corazón rojo, que según los franceses es como debe comerse; luego las gotitas van cambiando a un color blancuzco, casi transparente, lo que nos indicará que está bien cocida; si ya no sale jugo de ninguna especie, lo lamento, se transformó en suela y será el alimento para su perro. Una interesante guarnición puede ser un rico y cremoso puré de batatas al que habrá perfumado con unas semillas de anís y una compota de cebolla.
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