|
domingo,
11 de
junio de
2006 |
Mercados
La histeria domina la plaza bursátil mundial
Los inversores se refugian en colocaciones seguras.
En el plano local hay que empezar a dolarizar carteras
Salvador Di Stéfano
Los mercados vuelven a ponerse histéricos, el vuelo a la calidad reaparece y los inversores huyen de las inversiones con mayor volatilidad para refugiarse en bonos de tesorería americano. Hoy la tasa a corto plazo en Estados Unidos esta al 5% anual, los bonos a seis meses rinden el 4,8% anual y a 10 años menos del 5% al año, esto muestra claramente que los inversores buscan más un refugio que rentabilidad.
En este contexto la mayoría de los bancos mundiales suben la tasa de interés de corto plazo, esta semana el Banco Central Europeo (BCE) la subió al 2,75% anual, el euro en lugar de subir cayó, y esto hace que se esté a un paso del psicólogo y de tirar los libros de economía.
Sin embargo, la regla de los últimos días fue vender activos las como acciones y comprar bonos, en esta nota se tratará de dilucidar si esto es correcto o no.
El mundo esta viviendo un clima de alta inestabilidad, la suba de la tasa de interés en Estados Unidos le pone orientación a la ruta del dinero, y los capitales abandonan a los países con déficit de cuentas corriente y se refugian en los países que tienen superávit de cuenta corriente. Por ende, los capitales dejan países emergentes como Brasil con fuerte déficit y viajan a otros con fuerte superávit como los del sudeste asiático.
El impacto local
La consecuencia de esta crisis financiera no impacta solamente en las oficinas de los corredores de bolsa de Wall Street sino sobre el conjunto de la economía mundial, y el precio de los materias primas descenderán en este contexto. Argentina se ve perjudicada por dos caminos.
Por un lado, una salida de capitales de Brasil por una suba de las tasas en el mundo, hará que el país vecino enfrente una desaceleración en el crecimiento de su actividad económica y por ende una devaluación del real, algo que terminará impactando en el comercio con nuestro principal socio.
En segundo lugar, una baja en la cotización de los productos primarios podría afectar al país, cuyas exportaciones son altamente dependientes del precio del petróleo y la soja. Esto podría impactar sobre el superávit de balanza comercial, y también en los ingresos fiscales, ya que las retenciones a la exportación son las que permiten tener un holgado superávit fiscal. En este escenario, Argentina no se ve perjudicada por una suba de tasas de interés, ya que la reestructuración de la deuda pública la dejo con un pago de intereses anuales por 12.000 millones de pesos, cifra que se cubre sin problemas.
Por otro lado, como no hay que enfrentar a corto plazo renovaciones de capital, las necesidades de financiamiento son mínimas y ya esta cubierto el año 2006 y en breve se comienza a trabajar para cubrir las necesidades de financiamiento del año 2007, por ende no hay amenaza alguna de problemas o crisis financieras por delante.
En cambio, una caída en la actividad de Brasil implicará que Argentina exporte menos a dicho país y que ellos vendan al país mucho más de lo que ya lo hace, por ende, esto si podría afectar el nivel de actividad nacional. Si a esto se le suma el efecto pobreza de la probable baja de precio de las materias primas, el escenario interno se complica.
En este contexto, el presidente Néstor Kirchner sigue con su política de acopiar la mayor cantidad de reservas posibles y eliminar los pesos excedentes del mercado vía nuevo endeudamiento.
Esto podría traer como consecuencia un deslizamiento a la suba del dólar por encima de 3,10 con proa a 3,30-3,40 para fin de año y un aumento de la tasa lento pero continuo ante la mayor necesidad de absorber pesos. Tal como se planteó oportunamente en este espacio, es tiempo de desarmar las posiciones en pesos para ir lentamente armando carteras dolarizadas.
Conclusión: A dolarizar carteras, en primer lugar porque el tipo de cambio puede aumentar a igual o superior ritmo que la inflación que esta en niveles no reales y si políticos. En segundo lugar, porque las elecciones se pueden anticipar y esto le pondrá mayor volatilidad al mercado. Tercero, porque en un escenario de incertidumbre el refugio es el dólar.
enviar nota por e-mail
|
|
|