|
domingo,
11 de
junio de
2006 |
Un sueño
hecho realidad
La Cabaña fue el sueño de mi abuelo y de tres hombres, que sin tener estudios, pero llenos de ilusiones, ganas de superarse y amor al trabajo pudieron hacerlo realidad. Esos cuatro hombres partieron de este mundo dejando esa empresa a la que se entregaron en cuerpo y alma. Pero que, lamentablemente, hoy tiene un final un poco duro para aquellos que la heredaron, tal vez por errores que ellos mismos cometieron pero también por la coyuntura económica que se vive desde hace tiempo en este país que sigue aplastando a las pequeñas y medianas empresas nacionales. Y digo "un poco" porque espero que sus trabajadores puedan continuar con ese sueño que le abrió un mundo nuevo a mi abuelo José Alberto; pero que se llevó los mejores años de mi papá que, con su gran corazón, entrega y honestidad luchó todo este tiempo para que la empresa siguiera funcionando. Deseo de corazón que la fábrica siga latiendo, dándoles de comer a esas 50 familias que hicieron posible el sueño de mi abuelo, que perdió su vida por no querer dejar de trabajar; y por mi papá que dejó su salud tratando de salvar ese sueño.
Silvina Saravalli
[email protected]
N. de la R.: Los empleados de La Cabaña decidieron formar una cooperativa para gestionar la tradicional empresa láctea rosarina, cuya liquidación pidieron sus propios dueños luego de un largo proceso concursal.
enviar nota por e-mail
|
|
|