El vertice brasileño

La ciudad de Foz de Iguazú es considerada uno de los tres destinos turísticos más importantes del Brasil. El sesenta por ciento de los visitantes provienen de Argentina, y en especial de Rosario

María del Carmen Hernández / La Capital

"Foz do Iguazú es una tierra privilegiada por sus bellezas naturales y marcada por el ingenio humano. Es uno de los mas bellos destinos ecológicos del mundo. Es la tercera ciudad turística más importante de Brasil". Las definiciones pertenecen a Raimundo Péres, apasionado director de la Secretaría Municipal de Turismo de esa ciudad que vino a Rosario a reforzar el interés de los viajeros por ese polo brasileño que bañan las Cataratas del Iguazú.

Péres estuvo en Rosario junto a una comitiva participando del Workshop de Agentes de Viajes y Operadores de Turismo para promocionar la ciudad que representa como destino de viajes. El funcionario alegó tener un "gran afecto por Argentina", que conforma el 60% de los viajeros que llegan a esa zona de Brasil.

En cuanto a Foz de Iguazú, Péres expresó que es una "ciudad de largas avenidas, de pujante arquitectura y con una población aproximada de 300 mil habitantes", ubicada en el extremo oeste del estado de Paraná, en la frontera de Brasil con Paraguay y Argentina. Junto con Ciudad del Este y la argentina de Puerto Iguazú, forma parte de uno de los mayores polos del turismo cultural de América del Sur.

"Todos los años millares de viajeros brasileños y extranjeros, entre los cuales el 60 por ciento son argentinos y una cantidad importante de rosarinos, visitan esta ciudad y las cataratas", indicó Péres.

El funcionario remarcó las obras que se están realizando en la ciudad, como el mejoramiento de las frecuencias y las terminales de ómnibus, que constituyen el vehículo más popular para los viajeros, fundamentalmente los que provienen de Argentina.

En su visita, Péres alentó el desarrollo de Rosario, que lo sorprendió por su crecimiento. "La ciudad está realmente muy linda, ha progresado mucho. Se ha convertido en un verdadero destino turístico", indicó.


Reserva ecológica
Foz de Iguazú es una de las reservas ecológicas más bellas del planeta y una elección ideal para aquellos que quieren sentirse en contacto con la naturaleza, con la calma y tranquilidad que el momento y el paisaje exigen. "El que la visita tiene la oportunidad de recorrer los más encantadores rincones a pie, en bicicleta o en botes inflables, con la posibilidad de avistar, a lo largo de los caminos, animales silvestres nativos como el coatí. Para aquellos que gusten de la pesca hay un canal exclusivo para despuntar el vicio", indicó Peres.

La ciudad ofrece atracciones como el Parque Nacional del Iguazú, una de las más bellas reservas ecológicas del mundo, con 225 mil hectáreas y reconocida por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad. Tiene también un centro de visitantes, ómnibus eléctrico y el Porto das Canoas, un espacio con comercios de recuerdos y restaurante panorámico, y una de las mayores redes hoteleras del país.

Cuenta con un campo de golf de nivel internacional, el Ecomuseo, el Zoológico del Bosque Guaraní y el Mojón de las Tres Fronteras, lugar en el cual los territorios de Brasil, Argentina y Paraguay se encuentran. Otro paseo interesante es la visita a la Usina Hidroeléctrica de Itaipú, la mayor del mundo en su categoría.

Dos sensaciones pueden ser usadas en la descripción de este paraíso: emoción y adrenalina, ya sea caminando en las alturas entre los árboles o practicando rapel, cascading y tirolesa, desafiando el río Iguazú y sus rápidos en el Macuco Safari o en el raffting con una completa estructura de apoyo y seguridad para todas las edades.

La ciudad es admirable para quien practica pesca y deportes náuticos. Por estar cerca de los ríos y el lago Itaipú, la región acoge 179 especies con énfasis en el cascudo negro, dorado, pacú, tucunaré, surubí, corvina y mapará, entre otros.

En tanto, en el lago de Itaipú, además de la pesca, el turista encuentra una infraestructura adecuada sobre un área de grandes dimensiones, para la práctica de navegación a vela, kayak, jet-ski, remo y otros deportes náuticos. Todo en un ambiente de emoción y encanto.


Represa de Itaipú
"La Usina Hidroeléctrica de Itaipú es una de las principales obras de la ingeniería del siglo XX, la más grande del mundo y que cambió la geografía de la región bañada por el río Paraná en un trayecto de casi 200 kilómetros de frontera entre Brasil y Paraguay. Las costumbres y la economía de Foz de Iguazú, por ejemplo, se modificaron mucho desde el inicio de las obras de construcción. Construida por brasileños y paraguayos, hoy Itaipú es uno de los más importantes atractivos de la ciudad, junto con las cataratas", indicó Peres.

Sólo en las últimas dos décadas -señaló- más de 9 millones de turistas de 164 nacionalidades visitaron la mayor usina hidroeléctrica en operación en el mundo. Son ofrecidos paseos gratuitos a centenas de personas que diariamente quieren descubrir los detalles de una de las siete maravillas de la ingeniería moderna.

El itinerario incluye una visita a la sala de comando, donde están algunos de los más modernos equipos del sector en el mundo, y la cresta de la represa, de donde se puede ver el espectáculo formado por el agua que cae en los tres canales del aliviadero de la usina.

Itaipú impresiona por la grandeza y números exagerados. El depósito de aguas tiene cerca de 29 millones de metros cúbicos y para represar todo eso fue necesario hierro y hormigón.

De acuerdo con estudios técnicos, el cemento usado en la usina serviría para construir todos los edificios de la ciudad de Río de Janeiro. La usina comenzó a ser construida en conjunto por paraguayos y brasileros en 1974, y concluida en 1991.

En el auge de la construcción, al final de la época del 70, Itaipú llegó a emplear 40 mil operarios. Desde el inicio de las obras y operación de la usina, Foz de Iguazú sufrió una revolución. La población de la ciudad subió de 25 mil habitantes a más de 250 mil en menos de 30 años.

El lago artificial es uno de los mayores del mundo, con 29 millones de metros cúbicos y 200 kilómetros de extensión en línea recta. Considerándose las bahías, ensenadas y la extensión, llega a 1.400 kilómetros.

La formación del lago no ha cambiado solamente el aspecto geográfico de la región. La agricultura, que es la base económica regional, empieza a ceder lugar a la actividad turística. Varias playas artificiales fueron creadas a lo largo de las márgenes del lago, donde se practican deportes náuticos.

Un lugar para conectarse con la naturaleza y con la calma.