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domingo,
28 de
mayo de
2006 |
Cocina: sabores de vida
Quique Andreini / La Capital
Mi querida amiga, una vez me contaron que un emperador estaba saliendo de su palacio para dar un paseo matutino cuando se encontró con un mendigo. Le preguntó: "¿Qué quieres?" El mendigo se rió y dijo: "Me preguntas como si tú pudieras satisfacer mi deseo". El rey se rió y dijo: "Por supuesto que puedo satisfacer tú deseo. ¿Qué es? Simplemente dímelo". Y el mendigo dijo:"Piénsalo dos veces antes de prometer".
El mendigo no era una mendigo cualquiera, había sido el maestro del emperador en una vida pasada, y en esta le había prometido: "Vendré y trataré de despertarte en tu próxima vida. En esta vida no lo has logrado, pero volveré". El emperador insistió: "Te daré cualquier cosa que pidas. Soy un emperador muy poderoso, ¿qué puedes desear tú que yo no pueda darte?" El mendigo le dijo: "Es un deseo muy simple. ¿Ves aquella vasija? ¿Puedes llenarla con algo?" Por supuesto, dijo el emperador. Llamó a uno de sus servidores y le dijo: "Llena de dinero la vasija que tiene ese hombre". El servidor lo hizo y el dinero desapareció. Echo más y más, y apenas lo echaba desaparecía. La vasija del mendigo siempre estaba vacía.
Todo el palacio se reunió. El rumor se corrió por toda la ciudad y una gran multitud se reunió allí. El prestigio del emperador estaba en juego. Les dijo a sus servidores: "Estoy dispuesto a perder mi reino entero, pero este mendigo no debe derrotarme". Diamantes, perlas, esmeraldas, todo lo que se colocaba en la vasija desaparecía inmediatamente. Era de tarde y la gente estaba reunida en silencio. El rey se tiro a los pies del mendigo, admitió su derrota y le dijo: "Has ganado, pero antes de que te vayas, satisface mi curiosidad, ¿de qué está hecha tu vasija?" El mendigo se rió y dijo: "Esta hecha del mismo material que la mente. No hay ningún secreto, simplemente está hecha de deseos".
Y ahora a cocinar unos riquísimos ravioles de ricota.
Necesitará para la masa:
750 gramos de harina
2 huevos
1 taza de agua tibia
1 cucharadita de sal gruesa
Para el relleno:
3 cucharadas de aceite
750 gramos de ricota
100 gramos de queso rallado
4 huevos
3 cucharadas de nueces picadas
sal y pimienta
Coloque sobre la mesada la harina en forma de corona, haga un hueco en el centro y coloque los 2 huevos. Prepare salmuera con el agua tibia y la sal e incorpórela poco a poco a media que vaya amasando. Forme un bollo, cúbralo y deje reposar por unos 30 minutos.
Para el relleno vierta en una sartén las 3 cucharadas de aceite, incorpore la ricota, el queso, los 4 huevos, las nueces, sal y pimienta. Integre los ingredientes y retire del fuego. Deje enfriar el relleno. Estire la masa y arme los ravioles.
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