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domingo,
21 de
mayo de
2006 |
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La magia del balcón
Como se sabe, el popular cantautor Horacio Guarany fue recibido el jueves pasado por el gobernador Jorge Obeid, quien lo declaró embajador cultural en reconocimiento a su extensa trayectoria. Pasado el acto protocolar, el mandatario santafesino invitó al folclorista a recorrer algunas dependencias de la Casa Gris próximas a su despacho. Así, el músico probó el sillón del brigadier Estanislao López, paseó por las oficinas de Obeid y, de pronto, salió al balcón que da a la Plaza 25 de Mayo, abrió los brazos y bramó un "¡Compañeros!" que retumbó en el entorno del palacio. El gobernador lo miró sorprendido, por lo que Guarany no tuvo más remedio que ensayar una explicación: "Y, hace mucho que me quería dar este gusto". Al fin de cuentas, parece que el ex afiliado al Partido Comunista escondía la vieja aspiración peronista de emular al general.
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La estrategia deja que desear
En la Secretaría de Trabajo se percibe por estos días cierto fastidio por el papel que le tocó desempeñar a la repartición en algún conflicto laboral tan reciente como resonante. La semana que pasó, sin ir más lejos, se escuchó a un alto funcionario despotricar a viva voz contra un sindicalista del Smata (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor) de apellido difícil, al que al parecer le endilga ignorar las sugerencias de ese organismo acerca de cómo afrontar el conflicto de un grupo de trabajadores despedidos con la empresa. Y lo hizo con un argumento que dejó pensando a quienes lo escucharon: "¿Para qué nos involucramos tanto si después de paros y cortes de ruta terminamos firmando puntualmente lo que la compañía propuso el primer día?", se preguntó con una lógica implacable. Nada que agregar.
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La Chechu cumplió 41 y recibió un tapado
Para todos pasa el tiempo, aunque la belleza de Cecilia Bolocco pareciera desmentirlo. La ex miss Universo chilena celebró su cuadragésimo primer cumpleaños y esta vez sí, para compensar su tan promocionada ausencia en el festejo de los primeros cuarenta de su esposa en 2005, estuvo presente Carlos Saúl Menem. El riojano compartió una fiesta con decenas de invitados. "Al lado de Carlos soy una mujer plena", aseguró la chilena, quien recibió de su consorte un costoso abrigo de piel traído desde Buenos Aires. "No necesito nada más en mi vida, tengo todo lo que una mujer puede querer", recalcó Cecilia mientras sostenía en sus brazos a Máximo, el hijo de la pareja, de dos años, que en opinión de la prensa local "fue el que se robó la película en la fiesta". Pero el momento estelar de la velada, que reunió a los más variados personajes políticos y del mundo de las comunicaciones, fue cuando el nativo de Anillaco -que esta vez hizo buena letra- invitó a su mujer a bailar un tango. Chan chan.
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"Si los chinos dejan de comprar soja, se termina el proyecto de Kirchner"
Ensayista, pensador y analista político
Tomás Abraham
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