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sábado,
22 de
abril de
2006 |
Alemania: buscan indicios de un brutal ataque xenófobo
Berlín.- La Justicia alemana redobló hoy los esfuerzos en busca de más indicios sobre el brutal ataque racista del que fue víctima un alemán de origen etíope la semana pasada en la ciudad de Potsdam, al sur de Berlín.
"Ahora nos toca la labor fina”, dijo un portavoz de la Fiscalía General alemana, que se hizo cargo del caso que conmovió estos días a la opinión pública. La Fiscalía emitió anoche orden de detención contra dos alemanes oriundos de Potsdam de 29 y 30 años, y elevó cargos por intento de asesianto.
Los sospechosos fueron trasladados ayer en avión a la sede de la Fiscalía en Karlsruhe, en el sur del país, donde fueron interrogados durante cinco horas.
Ambos negaron una y otra vez haber sido los autores de la agresión y presentaron coartadas, pero los fiscales creen que fueron ellos quienes atacaron al alemán Ermyas M. en la madrugada del domingo pasado.
El fiscal general alemán, Kay Nehm, dijo que hay testigos del hecho y huellas genéticas. En astillas de vidrio halladas en el lugar fueron detectados rastros de sangre que no pertenecen a la víctima. En caso de confirmarse la sospecha, los detenidos podrían ser condenados a cadena perpetua.
La víctima, un ingeniero de 37 años casado con una alemana y padre de dos hijas, se encuentra en coma inducido y sigue en peligro de muerte.
Según una versión que publica hoy el semanario “Focus” en base a testigos, la víctima llegó a las manos con dos personas en una discoteca de Potsdam, cercana a la parada de autobús donde sucedió el ataque. Agregaron que el ingeniero estaba muy alcoholizado.
El diario “Maerkische Allgemeine”, indica que la víctima al parecer provocó a los agresores inmediatamente antes de que lo atacasen. Recibió un puñetazo que le provocó fracturas múltiples de cráneo en torno a un ojo. El portavoz de la Fiscalía no quiso comentar las versiones de sobre la presunta ebriedad de la víctima en el momento del ataque.
Las autoridades dieron con los sospechosos a través de pistas suministradas por testigos. El ingeniero trató de hablar con su esposa a través del móvil poco antes de la agresión y las voces de los atacantes quedaron grabadas en el buzón de voz.
La grabación, en la que se pueden oír insultos y amenazas como “negro inmundo” y “te vamos a eliminar”, fue puesta en Internet por la policía en busca de pistas por parte de la población.
El abogado defensor de uno de los dos sospechosos rechazó categóricamente los cargos imputados. “Hay claras pruebas contra la autoría de mi cliente”, dijo Veikko Bartel.
Según el letrado, la voz que se escucha en la grabación no puede ser la de su cliente, que padece desde hace semanas de una laringitis.
“Está disfónico desde hace mes y medio, y tenemos pruebas como el parte médico, declaraciones de su empleador y medicamentos”. Según Bartel, el imputado de 29 años estaba en cama en el momento del hecho.
Anoche, unas 4.000 personas salieron a la calle en Potsdam para manifestar su solidaridad para con la víctima y su familia. “Vamos a plantar cara a la violencia y al odio”, proclamó el alcalde de esta ciudad de 131.000 habitantes ubicada al sur de Berlín, Jann Jakobs.
El brutal ataque desató una viva polémica en Alemania sobre las causas de la xenofobia que cunde en ciertos sectores de la población.
Según un estudio de la Universidad de Bielefeld, que publica hoy el diario “Leipziger Volkszeitung”, dos tercios (65,4 por ciento) de la población del estado de Sajonia, en el este alemán, creen que en Alemania viven demasiados extranjeros. Casi la mitad (45 por ciento) enviaría a los extranjeros de regreso a su país si de esta forma quedasen puestos de trabajo libres para los alemanes.
Las críticas llovieron sobre el ministro del Interior alemán, Wolfgang Schaeuble, después de que éste advirtiese de sacar conclusiones apresuradas. Según Schaeuble, también rubios de ojos celestes son víctimas de agresiones.
“Me consterna el hecho de que el ministro del Interior reste importancia de forma por lo menos negligente a un racismo tan agresivo”, declaró el secretario general del Partido Socialdemócrata (SPD), Hubertus Heil. (DPA)
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