Entre dos aguas. Gustavo Garzón presente "Rotos de amor" en el Astengo y protagonizará "Hechizada" en Telefe

"El rating transforma lo malo en bueno y te quita la alfombra roja"

El actor no reniega de la televisión pero elige crecer en teatro o en programas donde no se involucre como autor

Pedro Squilaci / La Capital

Gustavo Garzón representa a esa generación de actores que, a fuerza de sacrificio y búsqueda, se convirtieron en actores de raza. Fue un galancito de la TV en los 80, protagonizó unitarios de culto en los 90, produjo proyectos teatrales, participó en cine y siempre fue por más. Este año tiene dos nortes bien definidos. Por un lado, se lanza con "Hechizada", la sitcom de Telefé en la que será la pareja de Florencia Peña; por el otro, sigue recorriendo el país con "Rotos de amor", la obra con la que llegará este sábado y domingo al Auditorio Fundación Astengo, junto a Daniel Fanego, Patricio Contreras y Víctor Laplace. Televisión y teatro, dos astillas de un mismo palo, pero con las reservas del caso.

Garzón es un apasionado por lo que hace. En diálogo con La Capital, se sale de todas las estructuras a las que están acostumbradas las estrellas del mundo del espectáculo. Es más, se asume como un "roto de amor", cuenta aspectos de su vida privada y revela su relación distante con la pantalla chica, el rating y el éxito (ver aparte). "El rating transforma lo malo en bueno y te quita la alfombra roja si dejaste de ser un éxito", graficó el actor.

-¿"Rotos de amor" es una historia de perdedores?

-Sí, de perdedores, es eso, una historia de perdedores contada de una forma poética y humorística. El autor Rafael Bruzza hizo un hallazgo, porque tiene un escritura original e ingeniosa. El habla de perdedores en el amor, pero no desde una alternativa taciturna ni aburrida, sino de una manera dinámica, ágil y sorprendente en cuanto a la forma y a la puesta en escena. El resultado es algo vital, juguetón y pensante porque contiene una reflexión del autor muy lúcida. La gente se ríe y a la vez se conmueve, y es un análisis profundo sobre el amor para los que cuentan con mediana edad.

-El desamor aparece cada vez más en los que arriman los 50. ¿Es una cuestión generacional?

-Mirá, en realidad, los cuatro actores tenemos experiencias bastante parecidas de vida, en lo que respecta a desencuentros y pérdidas. Y lo paradójico es que actualmente los cuatro estamos de novios y nuestras novias nos acompañan en la gira. Vivimos una situación casi ideal, que es el noviazgo sin convivencia. A lo largo de mi vida veo que ése es el mejor estadío, no te ves en la obligación de encontrarte todo el tiempo, sino cuando existe el deseo, entonces evitas la rutina, el verse todo el tiempo la cara. Ojo, no hablo mal de la convivencia, tengo 50 años y dos separaciones, y quiero una mujer que me divierta, que además de amarla, la pueda pasar bien.

-¿También coincide que las cuatro parejas son menores que ustedes?

-Bueno, yo le llevo 20 años a la mía, y la de Fanego también es más joven que él, pero no es el caso de Laplace y Contreras.

-¿Me podés describir cómo es Berlanguita, tu personaje de la obra?

-Es un tipo muy dulce, ingenuo y bueno, que se conforma con casi nada, con ver pasar a la mujer amada, sin importarle que sea gangosa, que le falte un diente o que lo escupa. El se autoabastece sexualmente y también va con putas que le calman los nervios. Pero su amor imposible no le habla y él se conforma con eso. La obra es también un culto a la amistad, y demuestra que no sólo del amor vive el hombre, sino de la amistad y el trabajo. Los cuatro personajes son visitadores médicos con una relación amistosa entrañable. Y te ayuda a reflexionar, porque cuando la vida te da un golpe, los que te salen a ayudar son los amigos, más que los familiares, inclusive. A los amigos los elegís, en cambio la familia se ve a veces obligada porque hay de por medio un vínculo de sangre, por eso la ayuda del amigo se valora más.

-¿La obra merodea una crítica al machismo?

-En realidad muestra al hombre débil, necesitado de la mujer, y reivindica un culto de la mujer y a la vez de la necesidad que tiene el hombre de ser amado. Y cómo sobrevivir cuando esto no ocurre, cómo se inventan argumentos filosóficos para sobrevivir sin amor, cómo buscar fórmulas para ser amado, para ser mejores y más lindos e inteligentes. Pero todo con humor, sin melancolía.

-Fanego, Contreras, Laplace y vos arman un seleccionado de actores de alto nivel. ¿La puesta apunta a explotar sus posibilidades expresivas?

- Absolutamente, la puesta es austera, no hay ningún exceso escenográfico, sólo las valijitas de los visitadores médicos, y poco más. Está todo puesto en la actuación, los cuatro tenemos la posibilidad de atravesar momentos muy placenteros de la actuación, muy intensos. Y aquí hizo un trabajo adecuado Daniel Suárez Marzal, el director, quien sacó lo mejor de nosotros. Creo, sinceramente, que es una obra para verla, y para disfrutarla.

Garzón será el marido de Florencia Peña en el sitcom "Hechizada".