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sábado,
15 de
abril de
2006 |
Costo de vida. El jefe de los ruralistas cordobeses insiste en denunciar una conspiración de la "patria montonera"
La carne no baja y vuelve la tensión entre el gobierno y el sector ganadero
Economía pone negociadores más duros, mientras
los carniceros aseguran
que cayó la demanda
A pesar del acuerdo firmado entre el gobierno y la cadena ganadera, el valor de la carne no baja en los mostradores y vuelve la tensión entre las partes. Mientras los carniceros porteños aseguran que podrían registrarse bajas la semana próxima, el presidente Néstor Kirchner decidió cambiar el equipo de funcionarios que negocia con los formadores de precios, preparándose para una confrontación más dura. La virulencia con que se expresan algunos interlocutores ganaderos parece darle la razón. El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), Ricardo Osella, insistió ayer en imaginar que la preocupación oficial por el aumento de la carne es parte de una conspiración de "la patria montonera".
Osella, quien ya se había ido de boca durante una asamblea de productores, insistió ayer con su teoría durante un reportaje radial. Tras asegurar que la carne no bajará porque "si un carnicero la puede vender a 10 no la va a vender a 8", pasó al tema que más le preocupa: la política del gobierno respecto de los derechos humanos. "Las reivindicaciones que hace el gobierno de las épocas del 70 se orientan a reivindicar los intereses de los montoneros", señaló el dirigente rural, quien en su paranoia expresó su temor de que "con esta escalada del tema de la carne, el Estado se apropie del ganado".
Sin límite de kilaje
Más moderado, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Javier Jayo Ordoqui, volvió a reclamar que se deje sin efecto el límite de kilaje para la faena de bovinos, establecido en 280 kilos.
El dirigente destacó que "en el Mercado de Hacienda de Liniers bajó seriamente el precio de la carne", y "tendría que reflejarse en las carnicerías a la brevedad".
De todos modos, aclaró que los productores son "responsables hasta la tranquera del campo, el precio lo pone el mercado", por lo cual opinó que "cuánto va a bajar la carne en las carnicerías va más allá de lo que podemos hacer". Además, sostuvo que "en un mercado con tantos actores es muy difícil decir quien puede no respetar el convenio".
El dirigente rural advirtió que si se dejara sin efecto, "indudablemente" aumentaría la oferta en el Mercado de Hacienda y bajaría el precio de la carne. "Desde que se implementó el peso de faena, en noviembre, sostuvimos que era una limitante a la oferta, y que la demanda creciente iba a significar aumento de precios", afirmó Jayo Ordoqui.
A su criterio, desde el gobierno "se buscan soluciones de corto plazo, pero hay que buscar de largo plazo" para el sector ganadero.
En tanto, el representante de Consumidores Libres, Héctor Polino, manifestó que en caso de que no se produzcan bajas en el precio de la carne, la situación "obliga al Poder Ejecutivo a tomar medidas más drásticas avaladas por diversos instrumentos legales".
"Esta situación obliga al Poder Ejecutivo a tomar medidas más drásticas avaladas por diversos instrumentos legales frente a acciones que distorsionan la transparencia de los mercados", sostuvo Polino en un comunicado de prensa.
Afirmó también que "a pesar de los múltiples esfuerzos del gobierno nacional para obligar a bajar el precio de la carne, ésta solamente baja en el mercado de Liniers", pero rara vez esa rebaja se refleja en las góndolas de los supermercados y en las carnicerías.
Caída de la demanda
El vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Alberto Williams, admitió que decreció la venta de carne, especialmente desde que el Presidente Néstor Kirchner sugirió no comprar hasta que baje sus precios al público, y se mostró esperanzado en que aumente la demanda la semana próxima cuando se evidencien las bajas en los precios.
"Estamos vendiendo menos", dijo Williams en declaraciones a Radio América, y agregó que "probablemente la semana que viene, si bajan los precios y se empieza a trabajar en los puntos del acuerdo, se normalice el mercado".
Asegurar el cumplimiento del acuerdo de precios firmado hace unas semanas con el sector de la carne será la primera prueba de fuego para el nuevo equipo negociador del gobierno en materia de inflación. El presidente Néstor Kirchner desplazó a Lisandro Salas como secretario de Coordinación Económica del Palacio de Hacienda y lo reemplazó por Guillermo Moreno, el ex secretario de Comunicaciones. Este funcionario, dicen desde la Casa Rosada, es un negociador más duro que el anterior, lo que habría probado en los acuerdos tarifarios con las empresas telefónicas.
"Tendrá que arrancar con la carne, ya que el acuerdo que se firmó hace una semana no rindió todavía sus frutos", dijeron fuentes cercanas al presidente.
Moreno trabajará en forma directa con el nuevo subsecretario de Defensa del Consumidor, el rosarino José Luis López, y el titular de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, José Sbatella.
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No cede al guerra por el precio de la carne.
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