|
sábado,
15 de
abril de
2006 |
Vía Crucis: sorpresivo final con la palabra de Mollaghan
El arzobispo de Rosario pidió por que la fe que se vio
en barrio Rucci se extienda
por toda la arquidiócesis
El Vía Crucis que anualmente organiza la parroquia Natividad del Señor tuvo ayer un singular cierre: el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan, quien había encabezado la ceremonia en la plaza 25 de Mayo, fue el encargado de darles el mensaje final a las más de 200 mil almas que se dieron cita en barrio Rucci.
"He seguido la oración del padre Ignacio, me he conmovido verdaderamente de ver tanta fe. Pidámosle a Jesús que esta fe se encienda en nuestro corazón y en nuestra arquidiócesis de Rosario, para que haya una nueva luz de esperanza no sólo en cada uno de nosotros, sino para nuestras familias, nuestra ciudad, nuestro pueblo y nuestra querida Nación Argentina", dijo la máxima autoridad eclesiástica local.
Antes, Ignacio había orado por la paz, la patria, los colaboradores y organizadores del multitudinario evento, y por su trabajo al lado de los enfermos. Como en ediciones anteriores, también ayer pidió perdón por "algún enojo que humanamente pueda haber tenido". Y le solicitó a la multitud que rece para que Jesús lo use "como instrumento para que siempre pueda vivir como uno de ustedes. Yo no quiero estar lejos, sino en medio de ustedes, y eso cuesta. Pero que el Señor me envíe la humildad, paciencia y el amor para servir, en nombre de El, a todos aquellos que buscan a Jesús", dijo, en el pasaje de su mensaje que más aplausos despertó.
Luego vendría la bienvenida a monseñor Mollaghan y la invitación a dar un mensaje y bendición en la que, según los organizadores, fue la primera vez que un arzobispo local participó del tradicional y multitudinario Vía Crucis de barrio Rucci.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Es la primera vez que el arzobispo local participa de la ceremonia.
|
|
|