A 30 años. Nora de Cortiñas fustigó el papel de la Iglesia durante el Proceso: "Fueron copartícipes, no cómplices", aseguró

"El gobierno no tiene derecho a cooptar a los organismos"

Para la dirigente de Madres Línea Fundadora, se aplica esa política a "planes que no sabemos cuáles son"

Eduardo Valverde / La Capital

Nora de Cortiñas, una de las principales referentes de la agrupación Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, habla pausadamente, pero con convicción, aquella que le dan 29 años de lucha codo a codo con sus compañeras. Durante todo ese tiempo, combatió sin claudicación para tratar de esclarecer toda la verdad en torno a la tenebrosa noche que arrastró a su hijo durante la última dictadura.

El hijo de Nora, Carlos Gustavo Cortiñas, estudiante de Ciencias Económicas y militante de la JP, fue detenido-desaparecido el 15 de abril de 1977.

En una extensa entrevista que concedió a La Capital, dijo que "el gobierno no tiene derecho a cooptar gente de los organismos para planes que tiene que no sabemos cuáles son" y embistió contra la Iglesia, al asegurar que "fue partícipe, no cómplice" del terrorismo de Estado.

-A pocos días del 30º aniversario del golpe, ¿cuál es su balance sobre la lucha por los derechos humanos en Argentina?

-Lo primero es pensar que nada hay peor que una dictadura militar. Pero una dictadura no viene nunca sola. En realidad su carácter es cívico-militar. Además, los militares pueden volver al cuartel, pero los civiles siguen en funciones y cuesta mucho poder ubicar la historia, reconocer que alguna vez fue distinta, que hubo un Estado de bienestar y se fue deteriorando. Lo importante es saber por qué y para qué se llevaron a los detenidos-desaparecidos, por qué y para qué reprimieron al pueblo. En ese camino se va aprendiendo que los militares no sólo fueron el brazo armado de los poderosos, sino sus socios, y se llevaron su parte.

-¿Qué respuestas tienen ese por qué y ese para qué?

-El por qué se debe a que eran militantes políticos o sociales; seres pensantes, que querían otro mundo y combatían la injusticia social. En cuanto al para qué, era necesario para implementar a fondo, a sangre y muerte, el modelo económico neoliberal que ya caminaba de la mano de (el ministro de Economía) Celestino Rodrigo. El terrorismo de Estado ya funcionaba en el gobierno de Isabel Perón.

-¿Ese esquema sigue vigente?

-Absolutamente, más allá de las promesas de este gobierno. Nuestra política económica la deciden el FMI, el Banco Mundial, el BID. El pueblo fue reprimido sin piedad cada vez que intentó imponer un modelo socioeconómico propio.

-¿Qué opina del encuadramiento con el gobierno por parte del sector de Madres liderado por Hebe de Bonafini?

-Quiero aclarar que el gobierno de Kirchner no es nuestro enemigo, y algunas de las cosas que propuso las cumplió. Sin embargo, yo me cuento entre la masa crítica. Habló de terminar con la impunidad, pero todavía falta mucho. La verdad no la tenemos, porque no abrieron los archivos. Después de haber llevado carteles diciendo que el que cobra reparación económica por los desaparecidos se prostituye, Bonafini recibió muchísimo dinero para esa universidad ilegal que tiene. Las Madres debemos mantener nuestra independencia del gobierno. Hebe también levantó carteles con el no pago de la deuda externa, y el 15 de diciembre, cuando el presidente llamó para anunciar que iba a pagar la deuda, ella aplaudió. Reconozco que algunas Madres de Línea Fundadora también aplaudieron, pero esto es consecuencia de una metodología equivocada del presidente: la de llamar rápida y compulsivamente, sin decir para qué es, y entonces anuncia algo tan fundamental como que decidió pagar la deuda. En este momento, en la Línea Fundadora hay un cortocircuito que provocó un personero del gobierno, haciendo cambiar un comunicado de un día para el otro, inmiscuyéndose en los organismos, llamando una por una en vez de convocar a título institucional. ¿Por qué este apuro? El gobierno no tiene derecho a querer cooptar gente de los organismos para planes que tiene que no sabemos cuáles son.

-¿Cuál es su reflexión sobre las autocríticas de las Fuerzas Armadas?

-El mea culpa que hace ahora la Fuerza Aérea, en la línea de la que hizo el Ejército con Martín Balza, es insuficiente porque no han sido capaces de ir a la Justicia y decir qué pasó con cada uno de nuestros hijos, precisar dónde están los desaparecidos o sus cuerpos, quién decidió que desaparecieran y cómo, con nombres y apellidos. La Iglesia coincidentemente vuelve a hablar de reconciliación. Esto es ofensivo para el pueblo, cuando con pocas excepciones la jerarquía fue partícipe, no cómplice. Entraba a los campos de concentración y trataba de que la gente declarara, mintiéndole con que se iba a salvar. El pueblo está reconciliado. Los únicos que podrían perdonar son nuestros hijos, emergiendo de donde están.

Cortiñas animó el seminario "A treinta años del golpe".