Más de un millón y medio de estudiantes y trabajadores participaron de las manifestaciones.

Los franceses hicieron oír su voz contra el plan de empleo juvenil

Los sindicatos amenazaron con una huelga nacional si el gobierno conservador no cede a las demandas

París.- Más de un millón y medio de jóvenes, maestros y trabajadores se manifestaron ayer por las calles de las grandes ciudades francesas en la mayor protesta hasta ahora contra la polémica reforma laboral del primer ministro, Dominique de Villepin. Los manifestantes marcharon contra el así llamado Contrato para el Primer Empleo (CPE) que quiere aplicar el gobierno conservador para los jóvenes de menos de 26 años.

En el tercer día nacional de acción contra la reforma en seis semanas, unas 350.000 personas marcharon en París, según los organizadores, aunque una fuente independiente calculó en 285.000 a los manifestantes. El Ministerio del Interior afirmó que a nivel nacional se manifestaron un poco más de medio millón de personas, y que sólo fueron 80.000 en París. Organizadores de las marchas dijeron que se realizaron 160 manifestaciones en todo el país.

Según los sindicatos, 130.000 personas marcharon en Marsella, 60.000 en Bordeaux y 45.000 en Toulouse, aunque la policía indicó que fueron menos. Los organizadores creen que se trató de la mayor protesta hasta ahora contra la reforma.

Luego de la exitosa movilización, los sindicatos quien discutir sobre acciones "más duras" contra el gobierno. Varios sindicalistas amenazaron con un día de amplia huelga en caso de que Villepin no ceda. La oposición socialista y comunista también se unió a las protestas.

La policía informó de incidentes, básicamente en París, pero no hubo reportes oficiales de heridos o detenidos. Hubo medidas especiales para impedir enfrentamientos violentos, como los ocurridos esta semana entre estudiantes y la policía en la Universidad de la Sorbona. Un automóvil fue incendiado por jóvenes que también rompieron vidrieras de comercios y arrojaron piedras, pelotas de golf y otros objetos a la policía cuando terminaba la marcha en París.

Por segunda vez en tres días, los estudiantes, esta vez acompañados por obreros sindicalizados y dirigentes políticos, usaron las demostraciones para obligar al gobierno conservador a retirar la medida, que debe entrar en vigencia en abril.

En varias ciudades, los manifestantes bloquearon temporalmente estaciones ferroviarias, provocando algunas demoras. En Nancy, la policía usó gas lacrimógeno para impedir el bloqueo de vías por parte de los manifestantes. En Lille, unos 200 manifestantes atacaron a la policía con piedras y botellas.

El líder opositor de los socialistas, Francois Hollande, instó a Villepin a escuchar lo que denominó "la voz de la razón". "Villepin debe escuchar la voz de la razón", dijo Hollande.


Signos de flexibilización
El premier francés, en tanto, podría estar mostrando los primeros signos de flexibilización en su postura. Tras una reunión entre De Villepin y un grupo de rectores universitarios el viernes, el director de la Conferencia de Presidentes de Universidad, Yannick Vallee, afirmó que Villepin está "preparado para hacer un gesto significativo" para suavizar la crisis, en la cual 60 de las 84 universidades francesas cerraron por completo o sus actividades quedaron suspendidas.

Aunque el nuevo contrato de trabajo tiene como propósito, según el gobierno, aumentar el empleo entre los jóvenes menos privilegiados haciendo más flexible el mercado laboral, también facilita a los patrones el despido de un trabajador en sus primeros dos años en el empleo.

El líder sindical estudiantil Bruno Julliard advirtió que si en las próximas horas "el gobierno no retira este contrato, continuaremos" las protestas.

Sindicatos y partidos de izquierda se unieron a la multitudinaria marcha.