Estilo
Año CXXXVII Nº 49053
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
Escenario
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Educación
En el aula
Estilo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 12/03
Mujer 12/03
Economía 12/03
Señales 12/03
Educación 11/03
Estilo 18/02

contacto
servicios
Institucional

 sábado, 18 de marzo de 2006  
Impresiones de ciudad
Para la arquitecta Isabel Martínez de San Vicente, Rosario es urbanísticamente creativa e innovadora, aunque advierte una vocación por la diferenciación que provoca una pérdida de sensibilidad con respecto al vecino

Aníbal Fucaraccio / arquitecto

Los conceptos de ciudad van cambiando. Varían con ritmo y rumbo propios. Por eso merecen análisis exhaustivos que deben enmarcarse en las corrientes intelectuales de cada momento. La arquitecta Isabel Martínez de San Vicente es una voz autorizada para profundizar en el tema. Su cargo de secretaria académica de la Facultad de Arquitectura de Rosario (UNR) y su rol de integrante de la comisión de urbanismo del Colegio de Arquitectos sustentan su mirada crítica y optimista. Además ostenta un doctorado obtenido en Catalunya, dirigió una maestría en Montevideo y es investigadora del Conicet. Para ella, Rosario es una ciudad con marcados rasgos de creatividad e innovación, aunque advierte una curiosa vocación por la diferenciación, "que provoca una pérdida de sensibilidad con respecto al vecino". Nuevas visiones de ciudad, paisaje y territorio, en un reportaje a fondo con una especialista.

-¿Cómo debe entenderse el paisaje dentro de la ciudad?

-Es complicado. "Cada ciudad es un hecho único y diferente", dice Aldo Rossi. Y esa especificidad es la que le da su condición. No hay una ciudad de la costa del Paraná que sea igual a otra, a pesar que todas son en cuadrícula y todas se recuestan sobre el mismo río. En realidad, descreo de la preservación a ultranza y de la autocreación de un imaginario que no existe. Nuestra ciudad tuvo siempre una fuerte apuesta a la modernidad, que es parte de nuestra historia y de nuestro imaginario.

-En este contexto, ¿qué cosas le preocupan?

-Me asusta alguna pérdida de sensibilidad con respecto al vecino. Con la visión de que estas son ciudades modernas, en algunos momentos se piensa demasiado en el producto individual y se pierde la noción de integración.

-¿Por ejemplo?

-Hay varios edificios de la década del 50 que a pesar de que se presentaron fuertemente diferenciados del contexto, al mismo tiempo tienen una idea de ciudad implícita que es valiosa. Uno es el edificio de Urquiza y San Martín, que marca su ritmo con las columnas y toma la idea de la bajada. Otro es El Mirador, que se separa de la medianera, no se mimetiza con nada pero tiene esa sensibilidad que algunos edificios actuales no la tienen.

-¿Ese es un problema que surge del emprendedor privado o es fruto de la falta de controles de los organismos responsables?

-No me atrevería a caracterizar. Creo que es algo que hay que recuperar como debate interno de la disciplina.

-¿Debaten en la Comisión de Urbanismo del Colegio de Arquitectos esta presión que ejerce la disciplina de la diferenciación por sí misma?

-Es cierto que parece que el valor agregado para acceder a determinados niveles es la diferenciación. Pareciera que algo es bueno porque es diferente; y no necesariamente es así. Si uno se fija en los momentos más ricos en la producción de arquitectura, siempre la idea de escuela fue una condición para la formulación de teorías. Esta vocación por la diferenciación provoca buenos productos en los grandes arquitectos, pero es mucho más difícil de manejar en la cuestión de ciudad y territorio.

-¿Cómo ve el proceso de transformación en Rosario?

-La ciudad es un reflejo de la sociedad. Y Rosario en ese sentido es un buen ejemplo, porque evidencia una vocación importante por el equilibrio social. Esto se percibe en las acciones públicas de distintas gestiones de distintos signos políticos. Hay una intención por la incorporación permanente de espacios públicos. Exceptuando la Capital Federal, que tiene otra escala y otros recursos, no hay otra ciudad en el país que haya evidenciado semejante voluntad de socializar el espacio.

-¿Cómo ve la acción del Estado en barrios como Pichincha y bulevar Oroño, donde en algún momento se fomentó la transformación y hoy se está frenando?

-Es un tema muy complejo porque los procesos urbanos tienen una inercia propia y creo que hoy se los está queriendo frenar de una forma atípica que pareciera establecer que lo bajo es bueno y lo alto es malo. Oroño es un lugar donde hay que trabajar mucho. Además, tengo dudas acerca de la entronización de Pichincha como un espacio formalizado físicamente. Es un barrio creado desde la memoria de los ciudadanos, pero se lo declaró a partir de un perímetro y ahí nacen mis dudas.

-¿Dónde está la falla?

-No sé si es el mejor momento para plantearlo, pero después de mucho tiempo de una depresión en la producción, aparece una intención de construir la ciudad. Creo que hay que hacer una labor didáctica sobre ella y no una tarea controladora.

-En una sociedad como la rosarina, ¿es difícil crear conciencia sobre las nuevas formas de concebir la ciudad?

-Tenemos una sociedad proclive a la creatividad y a la innovación. Y eso genera una oscilación marcada. Entonces, en un momento dado aparece el impacto de políticas preservacionistas. En otro, surge el resultado de políticas de intensa sustitución. Entonces, no se le da tiempo a la ciudad para que tome un ritmo definido. Cuando se obligó a los retiros de la línea municipal, todo el mundo se dio cuenta de que había cosas que no se iban a retirar nunca, como el Jockey Club o la Bolsa de Comercio. Entonces, se permitió que se vuelva a la línea anterior. Pero quedaron varias edificaciones retiradas. Por eso hay que saber articular un proceso de largo aliento (como los retiros) con las oscilaciones de las políticas. Eso produce marcados desajustes.

-Hace muchos años que se sabe que Puerto Norte es la joya que tenía Rosario para urbanizar. ¿Por qué cree que todavía la Municipalidad no define acabadamente las precisiones sobre el área?

-Todas las ciudades tienen tiempos largos. Cuando uno va a París, parece que el plan de Haussman se hizo de un día para el otro, sin embargo tardó 40 años. Lo mismo pasa con Barcelona y el plan de Cerdá. En ambos casos hubo una continuidad en la gestión para que eso pudiera suceder. Pasaron casi 50 años. Ese es un lapso razonable para que una ciudad encuentre equilibrio en determinados espacios.

-¿Puerto Norte no es una buena oportunidad para irse en altura?

-La ciudad contemporánea es un buen lugar para irse en altura si su población lo requiere. Lo que no debe hacerse es alterar la escala de los espacios. La altura no es un valor negativo y hay que estudiar las condiciones en las cuales se permite. Hay que analizar la relación entre cielo abierto y edificios, con los terrenos linderos y con la ciudad. Si eso se hace bien, me parece un lugar adecuado para irse en altura.

-¿Qué ciudad imagina para el futuro?

-Una cosa es lo que quiero y otra lo que imagino que va a pasar.

-¿Qué va a pasar en Rosario?

-No es muy distinto a lo que está pasando. Veo una ciudad que se va densificando de una manera dispersa y heterogénea, con mucha autoconstrucción de la vivienda individual, con grandes carencias en el plano de la vivienda y sin una respuesta a nivel nacional. Rosario es una ciudad que atrae mucha gente por la calidad de sus recursos, servicios y las oportunidades que otorga a sus habitantes. Y eso le genera serias dificultades de crecimiento, autorregulación y control. La oferta educativa es bastante escasa y además nos falta un poco de ambición con respecto a algunas capacidades que estamos descubriendo, pero debemos optimizarlas suficientemente. A pesar de todo, la ciudad está tratando de hacer bien las cosas desde hace mucho tiempo.

-¿Cómo le gustaría que fuera?

-Tampoco demasiado distinta. Haría lo posible para que el centro recupere vitalidad y trabajaría e impulsaría proyectos para las periferias. Lo más importante es que cada vez haya más gente que viva mejor.


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Notas Relacionadas
Importancia de la gestión de los recursos culturales


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados