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domingo,
26 de
febrero de
2006 |
Misticismo y naturaleza
No todo es playa y sol en Piriápolis. De acuerdo a la tradición, el fundador además de un hombre con imaginación y dinero para llevar a cabo sus fantasías épicas, era también una persona considerada mística, con una concepción del misticismo ligado a la perfección, el equilibrio y la belleza representada de distintas formas.
Así es como dejó sus ideas en una serie de construcciones y circuitos que pueden visitarse y que están distribuidos por las sierras que rodean Piriápolis. Allí de forma ordenada y regular aparecen símbolos, números y ecuaciones cabalísticas, empezando, claro, por la disposición de ciertos elementos arquitectónicos del famoso hotel y por el delineado de las calles de la ciudad.
Un sector de la actividad turística ligada a esta faceta de Piriapolis afirma que el hombre eligió el lugar para su ciudad por la belleza del entorno, pero también por cuestiones vinculadas a sus convicciones. Así se asegura que en cada lugar donde encontró un "punto de energía" levantó uno de los monumentos que conforman el circuito llamado "Piriápolis mística" y que está formado por su propia casa, conocida como el Castillo de Piria, la Fuente del Cerro del Toro, la Fuente de Venus, una imágen de la Virgen Stella Maris y el Hotel de Baños, entre otros.
En torno a esta faceta singular se ofrecen posibilidades para aficionados, estudiosos o simplemente curiosos con espíritu abierto para realizar dentro o fuera del llamado "mes místico", como senderismo, recorrido de distintos circuitos y hasta senderismo nocturno en las noches de luna llena.
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