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sábado,
18 de
febrero de
2006 |
"Bajaron las exigencias"
Susana Hinrichsen es docente de matemática, siempre trabajó en Politécnico. Alejada de las aulas pero no de la enseñanza, realiza su tarea educativa en la Secretaría Adjunta de la Olimpíada Matemática Argentina (OMA).
Aunque reconoce que su lugar de trabajo ha sido siempre de excepción -el Politécnico es una escuela de la Universidad Nacional de Rosario a la que se ingresa tras un riguroso examen de admisión de matemática y de idioma nacional- asegura que también les tocan de cerca los problemas en la comprensión de textos, que desde ya repercuten en las demás materias.
La profesora entiende que los padres tienen un papel clave en este debate y para ilustrar lo que piensa cita a Jaim Etcheverry cuando dice que "antes los padres iban a la escuela a ver qué habían hecho los chicos y ahora lo hacen para preguntar qué le hicieron a su hijo". Para Susana, esta actitud defensiva no ayuda a los chicos, a quienes asegura cada vez se les puede dar menos tareas, porque sencillamente no la hacen. Y en rigor, las exigencias de estudio han disminuido.
Por otro lado Hinrichsen distingue el trabajo de los educadores según su relación con la enseñanza. "El platel docente del Politécnico es óptimo, igual que lo son los docentes y maestros involucrados en la olimpíada matemática, sencillamente porque muestran un interés claro por sus alumnos", dice convencida la docente.
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