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 domingo, 12 de febrero de 2006  
Norma polémica. Son pocos los clientes que salen a fumar a la vereda de los establecimientos
Casi nadie respeta la ley antitabaco en bares de Casilda y Venado Tuerto

Gustavo Orellano / La Capital

Casilda.- La ley antitabaco que comenzó a regir en la provincia prácticamente no se respeta en la mayoría de los bares de esta ciudad y Venado Tuerto. Si bien en algunos lugares hay carteles que advierten a los clientes sobre la vigencia de la norma, los efectos son casi nulos excepto donde los mismos comerciantes se esfuerzan por hacer cumplir la disposición.

En Venado Tuerto hay unos pocos locales que optaron por retirar los ceniceros de las mesas como una forma de evitar que se fume, pero en Casilda eso no ocurre ni siquiera en un solo bar. Claro que hay fumadores que no necesitan ser controlados y se valen de su voluntad para salir a la vereda y prenderse un pucho, aunque son los menos.

Pero al margen las diferencias, el denominador común en ambas localidades es el desconcierto que reina entre los comerciantes. Todos coinciden que "hasta tanto no se reglamenten las sanciones para quienes no hagan cumplir la ley, esta situación seguirá siendo confusa". Además, la mayoría sostiene que "no podemos convertirnos en gendarmes o policías para controlar el comportamiento de nuestros propios clientes; lo ideal sería que la provincia se encargue de vigilar si realmente pretende velar por la salud de la población".

Mientras en Casilda no se registraron cortocircuitos entre los comerciantes porque todo sigue igual que antes de entrar en funcionamiento la ley antipucho, en Venado Tuerto la situación es diferente. Es que allí algunos propietarios de bares se esmeran por respetar la ley y otros hacen caso omiso, razón por la cual surgieron controversias que parecen agravarse con el correr de los días. Si bien desde la Municipalidad venadense se hicieron reuniones con comerciantes del sector al fin de unificar criterios, en los hechos concretos el acatamiento a la norma es dispar. Y en ese marco son más los que no cumplen de los que sí lo hacen.

"Aquí le sugerimos a la gente que no fume en el interior del local y lo acepta sin mayores problemas", aseguró la propietaria del bar venadense Café de la Esquina, Susana Salas, aunque advirtió que "si con el tiempo vemos que no hay controles que garanticen que la ley sea igual para todos dejaremos fumar porque es injusto que algunos respetemos la disposición y otros no, como ya está pasando".

Lo mismo sucede en la confitería del Hotel Riviera donde tampoco hay ceniceros sobre las mesas y están a la vista los carteles de "prohibido fumar". "El que quiere fumar va afuera y hasta ahora son pocos los que se quejan cuando le decimos que no pueden hacerlo adentro del bar", remarcó una de las mozas del local, quien no obstante, al igual que Salas, reconoció que perdieron algunos clientes por ese motivo.

En otros bares céntricos como La Torre de Babel, Gaucho, Loft, o La Corte el panorama es otro. Aunque en casi todos los locales hay carteles que aluden a ley antitabaco los ceniceros abundan y los fumadores despuntan su vicio sin sentirse controlados. "Hasta que no estén las cosas claras seguiremos con esta postura de no control hacia los fumadores", deslizó un bolichero.

La incertidumbre es tal que no sabemos cómo actuar y además la mayoría de los clientes que vienen acá son fumadores", sostuvo uno de los titulares del bar La Torre de Babel, Luis Antoneli, quien además señaló que "si el objetivo es cuidar la salud de la población que también cierren las cerealeras que contaminan el medio ambiente o exijan que el agua que consumimos sea apta".


"Hay temas más importantes"
Similar postura expresó el dueño de La Corte, Gonzalo García, quien además consideró que "hay temas más importantes que este como, por ejemplo, controlar las habilitaciones de los comercios y ese tipo de inspecciones brillan por su ausencia. El 80 por ciento de los clientes que viene acá son fumadores y si les prohibimos fumar se van otros lugares. Yo, como otros comerciantes la peleamos diariamente para estar en pie y si el tema es el pucho que prohíban la venta de cigarrillos, o de lo contrario subsidien a los comerciantes para salvar las costos que significan perder clientes".

A la ley antipucho todavía le falta esperar hasta marzo y abril cuando la Legislatura debata y apruebe o no, una norma complementaria que establezca sanciones para los encargados de bares y restaurantes que no hagan cumplir la reglamentación.

En tanto, el gobierno venadense prevé hacer controles para exigir que se cumpla la flamante iniciativa. Al menos así lo aseguró el secretario de Gobierno, Juan Alberto Vidal, quien sin embargo es conciente de que "lo más importante es que los comerciantes acompañen y colaboren con el cumplimiento de la normativa porque de lo contrario la situación se tornará complicada".

En Casilda se espera que se reglamenten las sanciones para quienes incumplen la ley y "mientras tanto las personas que concurren a un lugar cerrado y se sienten perjudicadas porque hay gente fumando tienen la posibilidad de hacer la denuncia para que la provincia actúe a través del código de faltas", según explicó el secretario municipal de Gobierno, Darío Gigli. Por lo pronto en los bares céntricos y de los barrios se fuma normalmente y ningún comerciante, al menos por ahora, parece que tiene intenciones de ponerse en caja con lo que exige la ley antitabaco.
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Los efectos de la ley antitabaco son casi nulos por el poco apoyo de los comerciantes.


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