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domingo,
12 de
febrero de
2006 |
Reacción fatal. En Empalme Graneros, un cabo de la UR II resistió un atraco con su arma reglamentaria
Policía que acompañaba a su hermano mató a un asaltante
Tras hacer una entrega de pan en Olavarría al 1300 bis fueron emboscados por tres maleantes. Uno de los
ladrones gatilló su arma sin que salieran las balas y el agente, de civil, le efectuó un disparo fatal al pecho
Ariel Etcheverry / La Capital
Un policía de civil que acompañaba a su hermano en un reparto de panadería mató ayer a un delincuente que, junto a dos cómplices, los asaltaron cuando se encontraban en el interior de un viejo Renault 12 en el que transportaban la mercadería. La reacción del agente se dio en el momento más crítico del atraco. Es que uno de los ladrones encañonó con un revólver a la cabeza del hermano del policía y apretó el gatillo varias veces sin que el proyectil saliera. Entonces, el agente desenfundó su arma reglamentaria y le asestó un tiro fatal en el pecho poniendo en fuga a los otros dos maleantes.
El episodio ocurrió a media mañana en Olavarría al 1300 bis, una de las zonas más pobres de Empalme Graneros y hasta anoche la policía no sabía a ciencia cierta la identidad del ladrón abatido, que tendría unos 20 años y murió mientras era conducido al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. En tanto, el autor del disparo y su hermano permanecían demorados en la seccional 20ª. También fueron conducidas a la comisaría otras tres personas que se acercaron para ayudar al hombre malherido en la calle y que presuntamente eran familiares o conocidos del muchacho. Sin embargo, horas más tarde recuperaron la libertad al comprobarse que eran ajenos al episodio.
Un trabajo inconcluso
Poco después de las 7.30 el cabo Juan Manuel Ríos, de 28 años e integrante del Cuerpo de Bomberos Zapadores de la Unidad Regional II, y su hermano Julio César, de 26, comenzaron el reparto de pan y facturas que elabora su padre en la panadería familiar ubicada en el barrio 7 de Septiembre.
Los Ríos se desplazaban en un Renault 12 precario, con patente antigua de siete dígitos y con su chapería en muy mal estado. El coche estaba reformado para que cumpliese la función de utilitario. No tenía los asientos traseros, y en ese lugar se ubicaban las bolsas de papel madera con varillas de pan y harina.
De acuerdo a la versión oficial del hecho, Julio César estaba al frente del volante mientras que Juan Manuel iba en el lugar de acompañante. Con respecto al agente, estaba de civil e incluso vestía pantalón corto. Una versión extraoficial indicaba ayer que por lo general el policía bombero no solía acompañar a Julio César en el reparto. Esta vez se dio casi de casualidad porque tras completar el recorrido de negocios, Julio debía llevar a Juan hasta su casa.
El asalto se produjo luego de que los hermanos entregaran un pedido en un pequeño negocio de Olavarría al 1300 bis (tres cuadras al norte de Génova al 5800). Dos muchachos jóvenes los sorprendieron cuando ya estaban en el interior del vetusto Renault 12. Según fuentes ligadas a la investigación, un ladrón con un arma de fuego encañonó a Julio César, mientras que el otro, muñido de un puñal, apretó al policía. Los delincuentes les exigieron la entrega de dinero y al parecer el agente no ofreció ninguna resistencia.
"De acuerdo a lo que contó, quiso darles lo que tenía para que se fueran, pero el tipo que le apuntaba a su hermano quería más y comenzó a gatillarle apuntándole a la cabeza. Las balas no salieron, pero el empleado policial se desesperó porque veía que en cualquier momento liquidaban al hermano. Entonces desenfundó su arma y tiró", comentó una fuente policial. Según esa versión, Julio César hizo arrancar el auto y emprendió la marcha mientras el ladrón herido caía al suelo.
A todo esto, tras el disparo, un grupo de personas comenzó a acercarse hacia donde estaba el herido. Fue por eso que los hermanos escaparon en el auto por distintas calles y, según la versión oficial, se comunicaron con el Comando Radioeléctrico. Cuando las primeras patrullas llegaron al lugar encontraron a un joven malherido. "Se le hizo el auxilio correspondiente trasladándolo al Heca, pero llegó sin vida al hospital", contó un oficial a La Capital.
Desde Olavarría al 1300 bis, tres personas que estaban auxiliando al herido fueron trasladadas a la seccional 20ª, pero tras comprobarse que no tenían relación con el asalto recuperaron su estado de libertad.
Mientras tanto, los voceros confirmaron que no se incautó ningún arma en poder del delincuente abatido. "Lo que pudo suceder fue que alguien la haya levantado y escondido cuando cayó malherido", argumentó el portavoz. Ayer trascendió que la policía no pudo identificar al asaltante muerto por fichas dactiloscópicas. Es decir que, aparentemente, no tenía prontuario abierto o bien era menor de edad. Hasta anoche nadie se acercó a la seccional 20ª para reclamarlo. En tanto, las actuaciones prevencionales quedaron a cargo de la División Judiciales de la Unidad Regional II, bajo supervisión de la jueza instrucción Nº2, Alejandra Rodenas.
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Fotos
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El Renault 12 donde iba el policía circulaba con patente vencida.
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