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domingo,
12 de
febrero de
2006 |
Sharon supera una delicada operación de intestino
Jerusalén. - El primer ministro israelí, Ariel Sharon, quien se encuentra en estado de coma desde hace cinco semanas por una hemorragia cerebral, superó ayer una operación de urgencia de cuatro horas en el hospital Hadassah de Jerusalén, tras agravarse su estado de salud. Los cirujanos le extirparon parte de su intestino grueso, después de que una exploración de su abdomen reveló un daño severo en su tracto intestinal. Funcionarios del hospital dijeron que la operación ayudó a estabilizar al premier, de 77 años, y que su estado actual es "crítico pero estable". También se aseguró que su vida no corre peligro inmediato.
Se trata de la séptima cirugía practicada al líder israelí desde el 4 de enero, cuando sufrió un ataque grave de apoplejía. Desde esa fecha Sharon está en coma, conectado a un respirador y a una cánula para suministrarle alimento.
El director del hospital Hadassah, Shlomo Mor-Yosef, dijo a periodistas que la complicación de ayer es muy usual en pacientes comatosos. También señaló que la intervención quirúrgica fue un procedimiento relativamente simple, y enfatizó que el principal problema de Sharon es que sigue en coma. Con cada día que pasa en ese estado, aseguró, las posibilidades de recuperación disminuyen.
Mor-Yosef detalló que los cirujanos extirparon a Sharon unos 50 centímetros del intestino grueso, alrededor de una tercera parte del total. Cuando se le preguntó si el premier podría salir del coma, dijo que "todas las posibilidades están abiertas, pero con cada día que pasa, las posibilidades disminuyen".
Horas antes de la operación, una vocera del hospital alertó: "La vida de Sharon está en peligro". Su estado es ahora "muy grave o crítico", añadió. Tras esta información, los hijos del primer ministro, Omri y Gilad, se dirigieron al hospital.
Mor-Yosef explicó que el viernes los médicos de Sharon se percataron de un hinchazón en su abdomen y decidieron llevar a cabo una tomografía computarizada. Según el director del hospital, esta prueba reveló un grave deterioro en su aparato digestivo debido a que no llegaba sangre al estómago, por lo que fue enviado al quirófano. La poca irrigación elevó el riesgo de necrosis o muerte del tejido intestinal.
La salud del líder israelí se deterioró en diciembre, cuando sufrió un ataque leve de apoplejía. Dos semanas después debía internarse en el Hadassah para un tratamiento cardíaco menor. Pero el 4 de enero, en la víspera de esa operación, sufrió un ataque grave de apoplejía. Desde entonces está inconsciente, en condición crítica pero estable.
Ya a mediados de enero los médicos que lo atienden afirmaron que el estado de letargo de Sharon podría ser prolongado. Hace dos semanas fue sometido a una traqueotomía para facilitarle la respiración. Además, el pasado 1º de febrero se le instaló una sonda directa al estómago para poder alimentarlo. Periódicamente es sometido a exploraciones cerebrales para verificar si hay hemorragia o inflamación.
El sistema político israelí ha permanecido sorprendentemente estable pese a la enfermedad repentina del político más popular del país, a sólo seis semanas de que se realicen las elecciones. El suplente de Sharon, Ehud Olmert, tomó rápidamente su lugar como primer ministro y líder del nuevo partido Kadima, que se mantiene fuerte en las encuestas.
Los sondeos de opinión predicen que Kadima, la agrupación de centro que Sharon fundó luego de una rebelión en su ex partido de derecha Likud por el retiro de la Franja de Gaza, ganará fácilmente las elecciones generales del 28 de marzo con Olmert a la cabeza.
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