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 domingo, 12 de febrero de 2006  
Musicoterapia: El efecto Mozart

Aurelio Alvarez

Poner música para niños prematuros no es una idea original, pero sí poco desarrollada en los hospitales de todo el mundo. En Valencia, España, se realiza esta experiencia que ya arroja los primeros resultados, a poco menos de un año de comenzada. Sus responsables son Vicente Roqués, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital La Fe, quien propuso implantar la novedosa técnica, y Lola Bernabeu, supervisora de la Unidad de Neonatología y coordinadora del estudio adjunto, hasta ahora el único en la península Ibérica.

Bernabeu explica que la experiencia se realiza a través de obras clásicas de Mozart, Vivaldi y Brahms, así como con canciones de cuna tradicionales que escuchan los niños prematuros y con síndrome de abstinencia. Concretamente, la música es pasada una hora, tres o cuatro veces diarias, después de cada toma de alimento debido a que luego de hacerlo el bebé entra en sueño y las melodías provocan el aislamiento sensorial, facilitando un dormir eficazmente plácido.

El propulsor de esta iniciativa, el doctor Roqués, se documentó a través de Internet para llevar a cabo su idea. Preocupado por los efectos negativos de los ruidos hospitalarios habituales, el profesional está convencido de que los beneficios resultan aún más significativos. Roqués grabó personalmente los CD luego de una cuidadosa selección y los aparatos reproductores se introdujeron o acercaron a las cunas e incubadoras.


Primeros datos
Los primeros datos del estudio que encargó a la doctora Bernabeu demostraron que en los bebés mejora la frecuencia cardíaca, también el nivel de oxígeno; además produce relajación y sueño tranquilo. Incluso los padres se implicaron: ellos mismos pidieron llevar temas musicales, clásicos o las nanas de toda la vida.

Los resultados corresponden a una muestra de 40 niños prematuros de entre 28 y 30 semanas, con síndrome de abstinencia (niños cuyas madres durante el embarazo han consumido drogas) que sufren irritabilidad, desórdenes en el comportamiento, trastornos del sueño, diarrea y disfunción respiratoria.

Con los cambios favorables a la vista se sucedieron hechos como el protagonizado por un padre que, en agradecimiento, regaló un equipo completo de altavoces para el hospital. Otros reclamaron que la experiencia también se aplicara a sus hijos que estaban fuera de la muestra. Fue así que, ya con la certeza de lo eficaz de la técnica, los responsables dispusieron extenderla a todos los prematuros.

La profesional dijo que el estudio demuestra que los niños que escuchan a Mozart en el vientre maternal a partir de la semana número 23 ó 24 de embarazo, lloran menos, duerman más, tienen una mejor ganancia de peso y mayor plasticidad cerebral. "Ellos prefieren a Mozart, sobre todo cuando incluye sonidos de xilófono o naturaleza", subrayó.

El estudio, muy barato y sencillo en su aplicación, se presentó en el XXVI Congreso de la Asociación Española de Enfermería de Intensivos Neonatales y Pediátricos, y creó gran expectación e interés de otros centros españoles y portugueses.

Roqués está convencido de que lo ideal sería extender la musicoterapia a otras áreas del nosocomio como la sala de partos.
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