La economía en la edad del juego

Una mirada local sobre la teoría por la que dos investigadores ganaron la última edición del Nobel

Victoria Arrabal

La teoría del juego proviene de la matemática y se aplica a la economía como una herramienta analítica casi indispensable. Intenta movilizar el comportamiento estratégico, entendido como la acción de cada uno de los individuos influída por el comportamiento del otro para la toma de decisiones. El desarrollo de esta teoría le valió el premio Nobel de Economía 2005 a los estadounidenses Robert Aumann y Thomas Schelling que, según señaló la Academia de Ciencias de Suecia, mejoró la comprensión de las situaciones de conflicto y cooperación.

Si bien esta manera de razonar aparece en la década del 40, no se tenía en cuenta porque la herramienta teórica predominante no la podía contemplar. En la década del 50 aparece el concepto de óptimo de John Nash, cuya biografía sirvió para la película "Una mente brillante".

El concepto indica que la situación óptima se obtiene cuando una persona elige la mejor estrategia dada la estrategia de los demás. Antes de este concepto, existía otro que indicaba que la situación de un individuo no podía mejorar si no perjudicaba a los otros.

"La economía estratégica, esa secuencia de acciones en la que se tiene en cuenta la acción de los otros, tuvo muy poca influencia en la teoría económica hasta la década del 70. Sólo se utilizaba para estrategia militar o de empresas y la economía no la podía adoptar porque el paradigma dominante decía otra cosa", expresa el secretario de Ciencia y Técnica de la Facultad de Ciencias Económicas, José Luis Pellegrini.

Luego, la teoría del juego se perfeccionó y fue posible tratar situaciones más complejas con esa herramienta. Paralelamente, empieza a profundizarse el estudio del oligopolio, entendido como un mercado con un grupo reducido de empresas que funcionan en dependencias recíprocas. A partir de los 80 se produce una reformulación del paradigma y para muchos campos de la economía, la teoría del juego se vuelve esencial ya que resuelve problemáticas de interacción entre agentes económicos.

El investigador de la UNR explica que la economía que predominaba antes de 1980 suponía que los agentes económicos operaban en mercados de competencia. Los modelos se referían a un gran número de personas que ofrecían y un mecanismo que recogía las ofertas y las conciliaba, como un mercado de ganado donde hay un rematador.

No interesaba cómo se vinculaban cada una de las personas que estaban al lado, lo importante era cómo se relacionaban con el rematador y sólo de una manera, a través del precio que ofrecían por los bienes. Eran mecanismos de análisis donde la interacción estratégica no importaba porque los individuos no actuaban pensando en la acción o reacción del otro.

A partir de esta teoría, esencialmente matemática, se estudian las interacciones entre los jugadores, las estrategias que estos llevan a cabo, las estrategias que resultan óptimas, los comportamientos previstos y los efectivamente observados. Es aplicada en distintos campos y su desarrollo permitió estudiar desde comportamiento económicos hasta aspectos de la vida evolutiva, las ciencias políticas y la estrategia militar.

En el campo económico estudia qué condiciones de juego, interacciones y tipos de comportamiento impulsan o impiden la cooperación, inciden en las guerras comerciales y de precios o permiten administrar mejor los recursos, por ejemplo.

El desarrollo del análisis del equilibrio en la teoría de los juegos no cooperativos ya les valió un Nobel de Economía en 1994 al alemán Reinhard Selten, el estadounidense nacido en Hungría John Harsanyi y el estadounidense John Nash.


Puntos de vista
Pero hay un sector que no coincide con esta teoría y tiene una postura moderada, considera que es sólo una herramienta que sirve para tratar de entender mejor. Opina que "es la fachada matemática para formalizar cuestiones que ya se conocían de otra manera y que en realidad no hay conocimiento nuevo sino pura formalización", según indica Pellegrini.

La teoría microeconómica que utiliza la teoría del juego supone que el problema del comportamiento económico es la elección entre alternativas dadas y esta noción es la que predomina en la corriente ortodoxa. Pero algunos heterodoxos piensan que el problema del comportamiento económico es la adaptación al cambio, como la escuela austríaca, que cree que hay cosas nuevas, que no hay una lista de opciones ni un menú.

La teoría del juego supone que los agentes económicos son hiperracionales, que tienen una lista de alternativas, de estrategias de él y de los otros y que pueden predecir el resultado de esas acciones. Lo que puede ocurrir está listado, se pueden conocer las probabilidades de ocurrencia, por lo tanto queda afuera la posibilidad de que haya algo nuevo o que no se considere en absoluto. Cuando el individuo decide, elige entre una lista de opciones dadas cuyas probabilidades conoce y en ese sentido toma sus decisiones.