Historias

Rosario, antes del primer boom

La recuperación económica de la ciudad en los últimos dos años, que se tradujo en la optimista figura del boom de Rosario, puso en juego una mirada histórica que busca puntos de contacto con el primer gran período de expansión de la ciudad, asociado en forma más que menos aceptada al período "urquicista", su conversión en puerto de la Confederación Argentina y, poco más tarde, en el corazón de la primera revolución agrícola de la región pampeana.

Lo cierto es que los procesos históricos suelen ser más complejos que la simple comparación entre dos fotos y, en ese sentido, cabe mencionar como una visión alternativa algunos párrafos el trabajo de los historiadores Oscar Videla y Sandra Fernández sobre la economía local en los últimos años del rosismo, publicado en el Tomo I de la Historia de Rosario editado por Homo Sapiens.

Allí se revela cómo "en las vísperas de Caseros"-la batalla en Urquiza derrotó a Rosas en febrero de 1852- las condiciones naturales económicas y sociales que permitieron la "impresionante expansión de la villa" estaban presentes, así como muchos de sus actores.

Dicen en "Ni tan aldea ni tan pobre" que una larga tradición reproducida "hasta la saciedad" generó un lugar común que ubica el origen del crecimiento económico de la ciudad a partir de la caída del rosismo. "La imagen obnubilada de un crecimiento que los propios contemporáneos tardaron en valorar como duradero contribuyerona una visión del pasado como una larga historia de penurias económicas", agregan.

Pero, en cambio, subrayan que la misma fortaleza para enfrentar las calamidades de esos años "dan cuenta de una estructura económica resistente, capaz de un dinamismo tal que en muchas ocasiones encontraba en las dificultades la oportunidad para el acrecentamiento de las fortunas de muchos y la extensión de la circulación comercial".

Mencionan que ya desde el año 30 la región asistía a un importante crecimiento, basado en un auge ganadero que permitió la repoblación de etancias, el aumento de la población y del comercio que, sumado a la presencia de importantes contingentes militares asentados en la región, "crearon potenciales consumidores para las chacras".

"Pero lo que empezaba a caracterizar a Rosario era el comercio", señalan los historiadores, que dan cuenta de un intenso contacto con las provincias interiores y, por el río, con las provincias del norte y el Paraguay.

A esto se sumaba el creciente tráfico comercial a través de la "conexión directa" con Montevideo. "El contrabando era el vínculo", dicen, entre esa fortaleza unitaria y la "muy federal" provincia de Santa Fe, que se desarrollaba "sin demasiadas restricciones de parte de las autoridades provinciales".

Dan cuenta también de una presencia permanente de migrantes de otras provincias, a los que a partir de la década del 40 se empezaron a sumar españoles e italianos, entre los cuales figurarían muchos comerciantes (Tiscornia, Puccio, Pinasco, Ibarlucea o Casado) luego beneficiarios de las oportunidades generadas a partir de Caseros.