Lifschitz: "No me gustan las armas, la única vez que usé una fue en la colimba"

El intendente da su apoyo a la campaña nacional "Tenés un arma, tenés un problema", que se presentará mañana

"Tenés un arma, tenés un problema". El lema encabeza la campaña nacional que se propone informar a la población sobre los riesgos y consecuencias que puede acarrear poseer armas de fuego en los hogares. El municipio y también el gobierno de la provincia decidieron apoyar la iniciativa que presentará mañana el secretario de política criminal de la Nación, Alejandro Sloker. El funcionario será recibido en primer lugar por la vicegobernadora, María Eugenia Bielsa, a las 10, en la sede de Gobernación y luego, será el turno del intendente, Miguel Lifschitz, quien lo recibirá una hora más tarde en el Palacio de los Leones. No obstante, Lifschitz le adelantó a La Capital su idea sobre la posesión de armas por parte de los ciudadanos. "No me gustan nada, la única vez que tiré un tiro fue en la colimba, las quiero lejos de mí y de mis hijos", remarcó.

La iniciativa que une a los gobiernos de la Nación, la provincia y el municipio parece ir a contrapelo con el uso y costumbre que hace de las armas la población de otros países. El mes pasado, el parlamento italiano aprobó una ley que autoriza a sus ciudadanos el libre uso de armas en defensa propia en propiedades privadas y lugares de trabajo. Y en octubre del año pasado, Brasil votó masivamente (64 a 36 por ciento) contra la prohibición de venta de armas en un referendo; una señal que implicó una derrota para el presidente Lula, impulsor del "sí".

Para Lifschitz el deber del Estado es el de velar por la seguridad de sus ciudadanos y en ese sentido aseguró que "el municipio hace su aporte con políticas públicas que apuntan a reducir la violencia y la inseguridad".

"No basta con poner más policías en las calles y profundizar las sanciones, hay que trabajar por medidas de fondo, que obviamente son de largo plazo. Programas que apuntan a educar, capacitar laboralmente y contener a los jóvenes, que se enfocan a la prevención de adicciones; crear la Guardia Urbana municipal, un cuerpo de prevención en las calles; urbanizar asentamientos irregulares; poner en práctica actividad deportiva en todos los sectores de la ciudad; generar acciones contra la violencia familiar y realizar campañas contra los juguetes bélicos, todas esta medidas apuntan a bajar los niveles de violencia", enumeró.

Y concluyó diciendo que, a veces, cuando un ciudadano sufre una situación de inseguridad "es entendible que reaccione diciendo «si hubiera tenido un arma salgo a matar», pero sabemos que esa está lejos de ser la solución y el Estado debe trabajar para concientizar a la gente de los peligros que acarrea la posesión de armas".


Estudios y estadísticas
Las armas dan miedo, y algunas cifras también (ver aparte). De acuerdo al estudio independiente de Armas 2001, realizado por el Graduate Institute of International Studies (HEI) de Ginebra (Suiza), las armas pequeñas tienen que ver con aproximadamente mil muertes por día en todo el mundo.

En tanto, un informe estadístico de la Dirección de Política Criminal revela con claridad los riesgos que implica tener pistolas, revólveres y escopetas (las más comunes) en el hogar. Con ellas se cometen homicidios dolosos (con intención), son causas de accidentes y la herramienta de suicidios.

Además, según una estadística del Ministerio de Salud de la Nación, durante 2003 murieron 3.752 personas por herida de bala en la Argentina, lo que implica una persona cada dos horas.

Y lo que es aún más grave, de acuerdo a encuestas de victimización realizadas por la Dirección Nacional de Política Criminal, la mitad de las personas que tenían armas en su hogar señalaron que lo hacían por motivos de prevención ante la inseguridad.

Sin embargo, los datos oficiales demuestran que sólo en el 25 por ciento de los casos, las muertes por armas tuvieron que ver con situaciones vinculadas con robos.

Todo este panorama llevó al Ministerio de Justicia de la Nación, junto a un grupo de universidades nacionales y ONG nacionales e internacionales a impulsar la campaña para sensibilizar y desalentar la posesión y uso de armas.

Lifschitz opina que las políticas de seguridad trascienden el aspecto policial.