Impuestazo a los libros

Desde mi regreso al país, hace más de 26 años, mi actividad académica y científica fue casi sinónimo de compras de libros y revistas científicas en el extranjero. El 6 de febrero pasado me presenté en el Correo Central de Rosario a los efectos de recibir los libros comprados a una sociedad científica de EEUU a fines de 2005 por Internet. Fue muy inesperada e ingrata la noticia que recibí pues para retirarlos tuve que pagar un impuesto equivalente al 50 % de la factura de compra. He recibido libros y revistas en numerosas oportunidades comprados a título personal o a través de proyectos de investigación los cuales nunca pagaron ningún impuesto. Según me informó la funcionaria de la Aduana que me atendió, los libros pagan dicho tributo desde noviembre de 2005. Considero que si faltaba algo para que nuestro país decaiga aún más en ciencia y en educación era imponer este impuesto a la compra de libros en el extranjero.

Domingo Tarzia, investigador superior del Conicet

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