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sábado,
17 de
diciembre de
2005 |
Goleador de fiesta
Cámpora vive el momento más importante de su carrera
Mariano Bereznicki / La Capital
Llegó en silencio desde el otro lado de la cordillera al barrio Ludueña. "Con una mano atrás y otra adelante", asegura. Fecha a fecha se fue ganando el respeto de propios y extraños. Y terminó siendo el máximo artillero del torneo Apertura. "La verdad, debo confesar que lo que siempre soñé en Central, lo terminé viviendo en Tiro Federal", agrega. Javier Cámpora se graduó de goleador en el fútbol argentino y eso le brinda un handicap extra para afrontar los desafíos que se avecinan en la faz deportiva. "Recién ahora me están cayendo las fichas de lo que logré", sostiene. "Sinceramente, estoy viviendo una etapa soñada", confiesa.
Mientras disfruta de unas breves vacaciones, el atacante prefirió refugiarse entre sus familiares para calmar la ansiedad que genera la incertidumbre de saber qué será de su destino. "Por ahora no sé nada", dice con su natural timidez. En definitiva, el Cachorro pasará las mejores fiestas que tuvo hasta el momento. "Este año voy a tener un brindis más feliz que nunca", remata al mismo tiempo que ofrece una pícara sonrisa.
Fue la primera temporada en el profesionalismo argentino en la que logró continuidad. Y merced a la confianza que le brindaron desde el banco de suplentes tirolense, Cámpora pudo demostrar que su principal aliado es el gol.
"Fue muy importante jugar seguido porque eso te genera más confianza para afrontar los partidos. Gracias a Dios, en Tiro me dieron lo que por ahí se me negó en Central", remarcó el Cachorro, quien además confesó que estuvo pendiente hasta último momento para saber si se proclamaba como máximo artillero del Apertura.
"El miércoles me pegué a la tele para ver a Gimnasia y al mismo tiempo me puse a escuchar por radio a Boca. Es que jugaban Vargas y Palacio, quienes tenían 10 goles y peleaban conmigo por el título de goleador", afirmó.
"La verdad es que le tenía más respeto a Palacio que a Vargas, porque Rodrigo venía jugando muy bien en los últimos partidos. Pero por suerte ninguno de los dos convirtió y terminé primero en la tabla de goleadores", sostuvo.
Más allá de que mantiene su bajo perfil y sigue codeándose con sus amigos de toda la vida, Javier es consciente de lo que generó con sus goles. "Estoy sintiendo el reconocimiento del hincha rosarino. Espero seguir creciendo como jugador", agregó el Cachorro, quien se acordó de los tres técnicos que más lo marcaron en lo que va de su carrera: Osvaldo Yoya, Edgardo Bauza y Jorge Solari.
"Siempre soñé con jugar en primera y ser el goleador del fútbol argentino. Gracias a Dios se me cumplió el deseo y la verdad es que lo estoy disfrutando mucho, a pesar de que Tiro no pudo despegar del fondo de la tabla", remarcó. "Eso sí, del descenso vamos a zafar, acordate", concluyó.
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"Estas fiestas voy a brindar más que nunca", confió el delantero.
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