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jueves,
15 de
diciembre de
2005 |
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Charlas en el
Café
del Bajo
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-Para esta Navidad es probable que le envíe una carta a Dios.
-¿¡Una carta a Dios, Candi!? ¿No será una carta a Papá Noel
-De ningún modo. En primer lugar que Papá Noel es una figura pagana, muy simpática para alimentar la sana ilusión y los inocentes sueños infantiles.
-Bueno, entonces una carta al Niño Dios.
-Tampoco. Una carta directa a Dios.
-Bue... ¿Me puede decir a qué dirección la va a enviar?
-A Israel. Escuche esta noticia: centenares de cartas dirigidas a Dios fueron entregadas el miércoles a la dirección que llevaban: el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado para el judaísmo. "Este es el lugar más sacro para los judíos y el primer punto de oración. Por eso que una oración en este lugar es importante y estas misivas son importantes", destacó Shmuel Rabinovitch, principal rabino del lugar. El servicio postal de Israel maneja unos dos millones de unidades cada día e inevitablemente algunas de las cartas están dirigidas a la Tierra Santa, Jesús o Dios. En vez de descartar esas misivas, el servicio postal las deposita en el Muro de los Lamentos. El Muro de los Lamentos, o Muro de las Lamentaciones, o Muro Occidental, son los restos del segundo templo erigido por Herodes -el primero era de Salomón- de los judíos. Muchas personas llegan al lugar para orar y dejar notas con pedidos, las cuales colocan entre las piedras. El rabino Rabinovitch afirmó que "gente de todas las religiones son bienvenidas a orar en el muro o a través de cartas porque el templo es la casa de oración para todas las naciones". La noticia dice que las autoridades postales consideran que las cartas contienen conversaciones privadas con Dios y no las abren. Las misivas proceden de todos los rincones del mundo, incluso hay algunas de países de mayoría musulmana como Indonesia. ¿Qué le parece?
-Nunca lo hubiera imaginado. Así que cartas a Dios enviadas por gente de diversas partes del mundo y de diversas religiones. El sobre debe decir, entonces: "A Dios, bendito sea. Muro de los Lamentos. Jerusalem. Israel". ¿Qué le diría a Dios Candi?
-¡Ah! No puedo decirle ahora que le pondría. Imagine usted que una carta dirigida a Dios debe ser cuidadosamente pensada.
-Empezó mal.
-¿Por qué?
-¿No se supone que una carta a Dios debe ser absolutamente espontánea? ¿No es el corazón el que debe dirigirse a Dios y no la razón?
-Bueno, sí, pero...
-Pero nada, ¿realmente va a escribir una carta a Dios?
-Sí. Comenzaré a escribirla el domingo. Cuando esté terminada se la enviaré al rabino Rabinovitch para que la coloque en el Muro de los Lamentos.
-Debería escribirla en español y en hebreo
-No necesariamente, pero puedo pedir a algún amigo judío que la traduzca también al hebreo
-¿Y podría adelantar, al menos, que le diría a Dios?
-Pues evidentemente, y debo ser sincero, le voy a pedir
-¡Cómo todos! Nunca un agradecimiento.
-Pero no le pediré cosas que puedan ser reprochables. Le pediré, por ejemplo, que determine la instauración en el mundo del amor, lo que traería como consecuencia paz interior para cada uno de los seres humanos y para todos en general. Fíjese que casi con eso ya es suficiente para lograr todo aquello que la humanidad anhela, especialmente la humanidad sojuzgada, humillada, empobrecida.
-Será una carta corta.
-Creo que será una carta un poco más larga, podría decirse que será una oración escrita. Y por supuesto, como sé que ese principio del amor no será posible instaurarlo hasta tanto se den algunas condiciones deberé unirme al pedido de otros y solicitar, uniéndome al clamor de tantos seres humanos que envié al Mesías para que ponga un poco más de orden en este planeta. Me preguntará ¿cuál Mesías, el de los judíos o el de los cristianos? Pues para mí hay uno solo ¿O no?
Candi II |
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"Hay que renovar el espíritu de servicio y comprometerse más intensamente con los pobres y excluídos"
Mensaje de la Comisión Permanente de obispos
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