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domingo,
11 de
diciembre de
2005 |
[Lecturas]
Un clásico recuperado
La permanencia de una obra literaria se mide por su capacidad de plantear interrogantes, a través del tiempo, a las sucesivas generaciones de lectores. Como demuestra esta nueva edición, "La maravillosa historia de Peter Schlemihl" pertenece a ese tipo de creaciones, que nunca terminan de develarse por completo y cuyos hechizos se mantienen misteriosamente intactos.
El libro fue publicado en 1814 y otorgó una inmediata celebridad a su autor, Adelbert von Chamisso (1781-1838). La historia es tan sencilla que consta de un solo hecho: el protagonista vende su sombra a un extraño hombre de traje gris. Schlehmil recibe a cambio la "bolsa de Fortunato", un saco inagotable de monedas de oro, pero pronto advierte que el intercambio ha sido desventajoso: la ausencia de sombra provoca el horror y el repudio de los demás.
Un año después, el desconocido retorna para ofrecer la devolución del reflejo perdido, ahora a costa del alma: escarmentado por el engaño, el personaje rechaza el trato, con lo que se condena al aislamiento y la oscuridad. Poco a poco se convierte en un paria: no tiene ningún sitio donde ir en la tierra, ningún deseo, ninguna esperanza.
El relato de Chamisso puede leerse como una fábula acerca de la codicia. "Quizás alguien pueda extraer una enseñanza útil", dice en el final. Pero los propósitos moralizadores aparecen bajo el signo de la ironía. "En este mundo todos piensan en su propio provecho", reflexiona burlonamente el hombre del traje gris; "No te oculté los invalorables caudales de mi oro, tampoco quiero ocultarte los tesoros de mi pena", dice Schlehmil a su criado, haciendo un juego de palabras con su desgracia.
Entre los significados que asume la historia, el principal parece remitir a antiguas creencias populares. Según Otto Rank, la ausencia de sombra está asociada en diversas tradiciones a la enfermedad y la muerte, y además señala a aquel que se encuentra bajo la influencia del demonio. Se comprende entonces el espanto que causa Schlehmil a su paso. En otras vertientes folclóricas, la sombra aparece como símbolo de la fertilidad y como espíritu guardián del yo, dispensador de buena suerte. Si Schlehmil (nombre de origen judío que alude a la persona desafortunada, podría decirse, sin sombra) es recompensado con riquezas es porque le pagan el valor simbólico de la sombra. Pero la equivalencia es engañosa: el dinero y la apariencia de nobleza no le alcanzan para conquistar a la mujer amada, porque se le pide que tenga una sombra.
Otra clave consiste en que el personaje y el autor se relacionan entre sí como dobles. La historia se presenta como el relato que hace Schlehmil a Chamisso. Por este juego de espejos ambos son indisociables, como un cuerpo y su sombra; en el final, el personaje nombra al escritor guardián de su historia. Ese gesto significa que finalmente puede salvarse de la maldición que arrastra, pero al precio de convertir al otro en su sombra. La caracterización del protagonista, dijo el escritor, "es la mía propia"; en la primera edición, la portada del libro presentó un retrato de Chamisso.
En el aspecto formal, el relato se inscribe en el género fantástico. Pero en vez de "bajar" una fórmula, Chamisso establece un cruce singular entre algunos mecanismos de los cuentos de hadas (recursos como súbitos desvanecimientos y la intervención de auxiliares mágicos: una capa invisible, la botas de siete leguas, etc.) y los tópicos de los relatos donde aparece el tema del doble, una de las obsesiones del romanticismo alemán, corriente de la que formó parte.
La venta de la sombra como caso de negociación del alma, la burla y el repudio del mundo hacia el protagonista, la mujer amada como agente disparador de una catástrofe, son motivos recurrentes en las narraciones de los trastornos de personalidad. La diferencia del texto de Chamisso consiste en que Schlehmil, a diferencia de William Wilson, Goliadkin y tantas otras criaturas desgraciadas, logra escapar a la locura y a la muerte.
La salida se abre cuando la historia incorpora el tema de Fausto. Los interrogantes del famoso doctor giran en torno a la posibilidad y los límites del conocimiento humano. A tono con el romanticismo, Schlehmil los retoma y encuentra un refugio en la ciencia: si la pérdida de la sombra lo aleja de la sociedad, el estudio y la investigación lo acercarán al mundo natural.
La edición de Interzona incluye un apéndice con un poema y tres cartas de Chamisso, Friedrich Baron de la Motte Fouqué (el primer editor) y Julius Hitzig, un amigo de ambos. No se trata de un complemento anecdótico: esos textos, donde se debaten circunstancias relacionadas con la primera edición del libro, son una continuación de "la maravillosa historia". Así, como quien remueve cenizas y reaviva un dormido fuego, la nueva versión de Pablo Gianera recupera el encanto de un clásico inolvidable.
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