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domingo,
11 de
diciembre de
2005 |
Reflexiones
Más que el tango y el dulce de leche
Carlos Duclós / La Capital
Es una enormidad, desde luego, pero es posible que en ciertos casos ocurra exactamente lo que decía Diego de Saavadra Fajardo: “Todo el estudio de los políticos se emplea en cubrirle el rostro a la mentira para que parezca verdad, disimulando el engaño y disfrazando los designios”. ¿Pero acaso esta picardía política puede ser adjudicada a determinado partido, a cierto sector ideológico? Repásese raudamente un poco la historia argentina desde el año 1983 a la fecha ¿podría decirse con absoluta equidad de criterio que hubo gobiernos que abdicaron del engaño para cautivar al electorado?
Hace pocas horas los diarios del país entregaron a millones de lectores dos noticias que pertenecen a distintos ámbitos y cuyos contenidos reflejan hechos que se califican distintivamente. Si las dos crónicas debieran fundirse para el análisis en una sola columna de opinión, una revista sensacionalista podría apelar a este título: “Entre fantochadas y mentiras”. ¡Quién sabe! tal vez eso no hubiera sido justo, pues mejor sienta algo más refinado y acorde con la verdad. Un periodista responsable hubiera elegido, por ejemplo: “Desinteligencias y verdades relativas”. Se preguntará el lector: ¿Pero de qué dos noticias se trata? Bien, una es, ¡cómo no! el ida y vuelta de Rafael Bielsa, un suceso de claro corte político. En rigor de verdad un ridículo político que, en opinión de quien esto escribe, no es responsabilidad del ex canciller. La otra el anuncio de la baja del desempleo, una grata noticia dada por el Indec. La declamada baja del desempleo anunciada por el organismo que depende del Ministerio de Economía se hace, casualmente o causalmente, a pocos días de que asumiera la nueva ministra Miceli, en medio del papelón político y de una suba de precios que se procura minimizar con anuncios de acuerdos de precios entre gobierno y empresarios (pero las amas de casa tienen la verdad de la góndola y saben que no todo lo que se dice es cierto). Vayamos por parte: primero el aspecto económico y después el político con el caso Bielsa y la situación santafesina.
La cuestión del desempleo
Sería una necedad negar que el desempleo ha disminuido, pero supone una necedad, también, no tener en cuenta ciertos aspectos importantes. Primero: que el mayor empleo no asegura una eficaz merma de la pobreza, por cuanto los salarios que se pagan a los recién empleados son en muchos casos paupérrimos por no decir de hambre. Segundo: que para tener en cuenta la merma del desempleo se sigue teniendo en cuenta planes sociales, con lo que se burla la fidelidad estadística. Tercero: que la toma de personal se produce en determinados sectores, algunos de ellos de escasa renta con lo que resulta imposible pagar salarios dignos (por ejemplo pequeños comercios). Cuarto: que la suba de empleo en los números es producto también del blanqueo de empleados que ya trabajaban, pero en negro y este blanqueo ha sido impuesto por campañas de inspecciones y no espontáneo ¿Pero hasta cuándo los pequeños comerciantes y empresarios podrán soportar el pago de tributos y el mantenimiento de una estructura que exceden sus posibilidades reales? Una cuestión importante a considerar, en el marco económico, es también la siguiente: existen depósitos de argentinos fuera del país que superan los ciento veinte mil millones de pesos. Ni remotamente, en estas condiciones políticas, ese dinero retornará para ser invertido y mucho menos invertirá aquí el capital extranjero que está apostando a Chile y Brasil. Por ejemplo: Hewlett Packard, cuya ex presidenta, Carly Fiorina, se quedó esperando más de una hora al presidente Kirchner el año pasado y se fue sin ser atendida, se estableció en Chile. Se acaba de anunciar que en la primera etapa se batieron récords de producción. No hay seguridad jurídica en este país ni conducta política y eso hará difícil un genuino crecimiento a partir de una cierta inversión.
El caso Bielsa
Algunos corrillos de tiempo atrás daban cuenta de dos o tres oportunidades en las que entre el ex canciller y el presidente hubo ciertos cambios de palabras, ciertas diferencias expresas. Dicen, y seguramente es así, que Rafael Bielsa es un hombre de convicciones, de pensamientos propios que defiende en tanto y en cuanto tales ideas y acciones no puedan ser objetadas de fallidas. En este sentido Bielsa puede ser comparado con Lavagna y, de hecho, bien puede decirse que los dos ministros más relucientes que tuvo Néstor Kirchner fueron ellos. Pero es evidente que cierto grado de absolutismo del presidente o de su entorno más inmediato no toleró a libre pensadores que, aún así, fueron respetuosos y seguidores del modelo.
Analícese lo siguiente: es posible que a una figura como Bielsa se la necesitara, en las reciente elecciones, para establecer una lucha equilibrada en la ciudad de Buenos Aires; pero es posible, también, que esa fuera una forma de sacárselo de encima. Todos sabían que Bielsa perdía y, sin embargo, fue enviado a presentar batalla en la primera línea. Es cierto, pese a todo, que sin Bielsa tal vez la derrota hubiese sido más estruendosa. De todo modos Bielsa se predispuso y dispuso para el plan político ¿y cómo se lo premió por el empeño en ayudar al proyecto K? Designándose como jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria al ex presidente del Concejo de Rosario, Agustín Rossi, una excelente persona pero que encontró la candidatura a diputado nacional de casualidad (recuérdese que había iniciado su campaña como concejal) y se hizo de una trascendente presidencia inesperadamente.
Bielsa, uno de los mejores ministros que tuvo este gobierno (aunque pueda discreparse con su pensamiento o algunas actitudes), fue condenado al anonimato en la Legislatura. El mismo Rossi acaba de decir que el ex canciller será “un diputado más”. Pero no conforme con este papelón, los jefes del kirchnerismo (¡vaya a saberse por qué!) tramaron un alejamiento mayor del centro del poder: decidieron enviarlo a Bielsa a Francia ¿cómo se sucedió todo? Parece que la idea inicial acordada entre gobierno y el ex canciller era que él asumiría como diputado nacional y que recién el año próximo, allá por el mes de junio o julio, se le ofrecería la Embaja de Francia que aceptaría si fuera necesario para el proyecto argentino establecer una cabeza de playa fuerte en Europa. Pero en el medio hubo una travesura y lo que el gobierno planteaba como de futuro se transformó en “ya y ahora”.
Es evidente que era menester apurar el alejamiento de un Bielsa que, seguramente, se quedó confuso, sin saber que hacer. Es muy probable que algunos incidentes callejeros y algunas expresiones de ciudadanos molestos hayan influido en su final decisión de asumir como diputado. Pero lo más probable es que su conciencia, más tranquila y sosegada, haya adoptado una postura de acuerdo con sus convicciones. Descaradamente algunos seguidores del proyecto K han despellejado a Bielsa sin importarles que este otro papelón político argentino tiene como responsables a quienes urdieron el plan. La oposición, como es costumbre argentina, se dedicó a “cuerear” a todos sin medir las consecuencias.
Una estocada para el senador
Se ha dicho anteriormente que el presidente Kirchner, designando a Agustín Rossi como presidente del bloque del Frente en diputados, mandó al freezer político a varios pesos pesado incluyendo nada menos que a Bielsa. ¿Pero tal actitud no debe ser considerada, además, como una estocada al senador Carlos Alberto Reutemann y una señal al aparato santafesino? Es posible que sí, pero bien vale considerar dos cuestiones: la primera de ellas es que los planes políticos del gobierno nacional no parecen llevarse bien con dos ingredientes indispensables en política: racionalidad y coherencia. Aquí es todo más emocional, impera el impulso y el “corazón caliente”. La mente fría que la utilicen otros.
¿Preocupará a Reutemann esta estrella rosarina que lanzó Kirchner al firmamento santafesino? Es muy probable que no, pues sabe que un monoposto de Fórmula Uno no puede consucirse a 300 kilómetros por hora sólo con impulsos del corazón. Se corre el serio riesgo, con tales actitudes, de estrellarse en la segunda o tercera de cambio ¿verdad? Por de pronto puede decirse que una reciente encuesta hecha en la provincia de Santa Fe señala que más del 75 por ciento de los votos que obtuvo Rossi pertenecen a Reutemann. La misma compulsa indica que de haber sido candidato a diputado nacional hubiera mermado el porcentaje de “todos” los demás candidatos. Reutemann parece que no sólo mantiene su masa de seguidores, sino que la ha incrementado en virtud de su “prudencia y responsabilidad en la relación de poder”, dice la reflexión de la encuestadora. Es cierto, Reutemann ha apoyado casi todas las iniciativas de Kirchner y según dicen sus más cercanos “apoyará todo aquello que sirva al crecimiento del país”. No en vano se lo ha designado presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado. ¿Por qué habría de preocupar al santafesino un plan que es más un espejismo que otra cosa?
En fin, Bielsa a diputado y a Morgado no le queda otra que irse de gira con comedias por la Costa atlántica. Después de todo, si aguza el ingenio, toda esta historia le puede servir para un guión cómico musical. Como título podrían servir, por ejemplo, las palabras del flamante embajador en Francia, Eric Calcagno: “Argentina: más que el tango y el dulce de leche”. ¿Qué original no?
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