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 domingo, 11 de diciembre de 2005  
Hagan sus apuestas. La primera iniciativa data de noviembre de 1964
El proyecto del casino llevó más de 40 años de debates
Uno de los principales obstáculos con el que siempre chocó fue la férrea posición de la Iglesia Católica

Mañana, cuando se abran los primeros sobres de la licitación del casino de Rosario, se pondrá en marcha un proyecto que ya cumplió 41 años. Ni más ni menos. La primera iniciativa para habilitar casas de juego en la provincia se presentó en noviembre de 1964. Y desde esa fecha se sucedieron por lo menos otra decena de propuestas similares, todas con idéntico futuro: el fracaso. Hubo que esperar hasta fines de 2001 para que la Legislatura aprobara finalmente la ley de juego, otro año para que la norma se reglamentara y 32 meses más para que se elaboraran los pliegos y se produjera el llamado a licitación. Uno de los más férreos opositores que tuvo el proyecto fue la Iglesia, tanto es así que en junio de 2001 el ministro de Gobierno del por entonces gobernador Carlos Reutemann, Angel Baltuzzi, llegó a denunciar: "La ley de juegos no sale por la fuerte oposición del obispado de Santa Fe".

Quien más asumió esta pelea fue el desplazado arzobispo de la capital provincial, Edgardo Storni, quien cuando aún ocupaba su cargo no se cansó de manifestar su acérrimo repudio a los casinos. "Sólo agregan a la miseria, la esclavitud del juego", advirtió en una oportunidad.


Al fin la sanción
Lo cierto es que la iniciativa que autoriza la instalación de ruletas en Rosario, Melincué y la capital provincial, finalmente fue sancionada el 30 de noviembre de 2001. Atrás quedaron dos largos años de debates en la Legislatura que estuvieron al borde de hacerla perder estado parlamentario.

Pero todavía habría más piedras en el camino. El ex gobernador Carlos Reutemann también se tomó su tiempo para reglamentarla: recién un año después de que la ley se aprobara, se animó a firmar el decreto que la puso en vigencia.

Sólo un día después de que Reutemann diera su okey a la ley de juego, la voz de la curia volvió a hacerse escuchar. Esa vez fue el reemplazante de Storni, monseñor Moises Blanchoud, quien aseguró que "fomentar la industria del juego no es un remedio para las grandes necesidades del mundo moderno", sino más bien "un privilegio para un grupo de gente que puede utilizarlo y mucho más para el sector que se queda con las ganancias".


La elaboración de los pliegos
Así, a Jorge Obeid le tocaría poner en marcha la elaboración de los pliegos de bases y condiciones para la licitación, a pesar de que su posición contraria a la instalación de casas de juego era harto conocida. "A mi me sigue gustando más el ruido de los tornos, el rumor matinal de las fábricas que el de las fichas y el murmullo nocturno de los casinos", dijo el gobernador a La Capital en noviembre de 2003.

El debate también tuvo su correlato local cuando le llegó el turno al Concejo de definir los lugares donde podía levantarse el casino. Esto insumió casi la mitad de 2003, y en el medio también pasó de todo.

El diputado provincial Miguel Basaldella acusó al ex intendente Hermes Binner de "apostar al fracaso" del proyecto después de que Binner mandara un mensaje al Concejo proponiendo la zona sur como lugar de radicación de las casas de juego. Y, más de una vez otros legisladores advirtieron que "el demorado debate" en el Palacio Vasallo atrasaba la redacción de los pliegos de licitación para la construcción y gerenciamiento del casino de Rosario.

C. B.
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