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miércoles,
12 de
octubre de
2005 |
Deudas, desempleo y la desconfianza de los mercados
Berlín. - Desde que el lunes se anunció la gran coalición con Angela Merkel al frente, el euro ha luchado con el temor de que el futuro gobierno no consiga llevar adelante las reformas económicas necesarias para alentar el crecimiento y reducir el desempleo que azota al país.
Aunque la bolsa de Francfort apenas registró la decisión del lunes, los mercados de divisas continúan reaccionando adversamente al anuncio de la gran coalición. El euro cayó ayer a 1,2022 dólares, después de los 1,2088 del lunes y los 1,2144 a los que había cerrado el viernes la semana bancaria. "Los primeros acuerdos muestran que la gran coalición no está tan dispuesta a las reformas como esperaban muchos inversores", dijo Stefan Klomfass, de HelabaTrust.
Para llegar al acuerdo de iniciar negociaciones de coalición, los democristianos tuvieron que renunciar a algunos puntos que reducían el poder de los sindicatos. Entre estos se encuentra el mantenimiento de la llamada autonomía tarifaria (negociación colectiva), que permite a sindicatos y patronal negociar acuerdos salariales aplicables a todas las empresas de un sector de actividad concreto.
Los principales institutos de estudios económicos del país exigen desde hace años la eliminación de dicho sistema, al considerar que contribuye a la pérdida de puestos de trabajo, uno de los principales problemas de la mayor economía europea, cuyo índice de desempleo oscila en torno al 11 por ciento.
"Una gran coalición no es una constelación óptima para las reformas. En más de una ocasión se tendrán que alcanzar difíciles compromisos y se podría reducir el ritmo de los cambios necesarios", dijo Eckart Tuchtfeld, del Commerzbank.
Condenados a ahorrar
Además, se supone que el nuevo gobierno está condenado a ahorrar rigurosamente, si no quiere que la Unión Europea lo ponga en jaque. Los ministros de finanzas de la UE, reunidos ayer en Luxemburgo, acordaron que Alemania deberá volver a observar las disposiciones del Pacto Europeo de Estabilidad hasta 2007, es decir, que el endeudamiento nuevo deberá quedar por debajo de la marca del tres por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).
Sin embargo, el todavía ministro federal de Finanzas, Hans Eichel, ya había aclarado el lunes por la noche que es imposible que Alemania cumpla con el criterio del tres por ciento para el año que viene. "Eso supondría aplicar una política de crash -aseguró-, algo que naturalmente nadie quiere".
Alemania viola la regla de endeudamiento todos los años desde 2002. Pero el procedimiento de la UE contra Alemania se halla actualmente congelado. La UE decidirá en noviembre si lo descongela. Bruselas cuenta con que este año Alemania tendrá un nuevo endeudamiento del cuatro por ciento.
Así y todo, el vicepresidente del Eurogrupo de Finanzas, el ministro austríaco Karl-Heinz Grasser, pidió "un adelanto de confianza" para el nuevo gobierno alemán. De acuerdo con el Pacto reformado, un país puede acusar también durante algunos años un déficit de más del tres por ciento, si se debe a "circunstancias extraordinarias".
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