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 miércoles, 12 de octubre de 2005  
Gran coalición. Los medios locales y los sondeos revelan más dudas que entusiasmo por el acuerdo entre los partidos
Alemania, escéptica ante el futuro gobierno de Merkel
Según los políticos la líder conservadora quedará en una posición de debilidad, con un poder muy reducido

Berlín. - El lunes, tres semanas después de las elecciones en Alemania, finalmente se llegó a un acuerdo entre la alianza conservadora CDU/CSU y el Partido Socialdemócrata, lo que abrió el camino para una "gran coalición", con Angela Merkel como futura canciller. Sin embargo, la solución acordada por los grandes partidos ya desató una ola de escepticismo en numerosos frentes, y la respuesta en las calles y en los medios locales está teñida de resignación e interrogantes.

Para empezar, el presidente de la Unión Cristiano Social (CSU) y primer ministro del estado federado de Baviera, Edmund Stoiber, considerado el principal opositor de Merkel en las filas conservadoras, aseguró que la futura canciller sólo tendrá un poder reducido, al estar formado el próximo gobierno por dos bloques de prácticamente el mismo tamaño.

"Que el canciller fije el rumbo en una coalición con socios de la misma fuerza es posible en muy pequeñas dosis", dijo Stoiber, que participará de las negociaciones a la par de Merkel. "O lo hacemos juntos, o lo enterramos", aseguró sobre la alianza.

Stoiber también afirmó que la canciller no podrá disponer del "derecho clásico de marcar la dirección y delegar temas". Según dijo, las decisiones importantes en la coalición serán tomadas por los jefes de los partidos y de los grupos parlamentarios. "Naturalmente la canciller tendrá una responsabilidad especial, pero hay que contemplarlo como una tarea común", añadió Stoiber, quien abandonará la jefatura del gobierno regional de Baviera y se trasladará a Berlín como ministro de Economía y Tecnología.

En el futuro consejo de ministros se sentarán en principio ocho representantes del SPD, seis de la CDU y dos de la CSU. Stoiber, como ministro y líder de la CSU, podría tener una importancia clave en más de una negociación, pudiendo alcanzar acuerdos con el SPD al margen de Merkel. Con ello, tendría una herramienta fuerte para presionar a la líder democristiana.

Las voces críticas también se mantenían entre los socialdemócratas. "Ya estaba mentalizándome para recibir una canciller débil. Será muy difícil con ella, porque creo que no lo puede hacer", afirmó el vicepresidente del grupo parlamentario socialdemócrata Michael Mueller, representante de la llamada Izquierda Parlamentaria del SPD.

En general, la respuesta en los partidos con respecto a las críticas por la gran coalición es bastante similar: "No se pudo conseguir otro resultado electoral", dijo, por ejemplo, el secretario general del SPD, Klaus Uwe Benneter.


Resignación colectiva
Mientras tanto, la respuesta en las calles de Alemania y en los medios locales fue un gruñido colectivo. "No fue la solución óptima, pero no había otras opciones", opinó Irnar Arvid desde Frankfurt. "Simplemente tenemos que aceptar una gran coalición", agregó.

El diario líder en ventas, Bild, dijo que ni la centroizquierda ni la centroderecha podían alegrarse por el acuerdo. "El mayor triunfo de los conservadores es al mismo tiempo la mayor carga: Angela Merkel debe probar que puede liderar una coalición de nuevas posibilidades y no una alianza de estancamiento", señaló.

Según un sondeo de la radio pública ARD, el 75 por ciento de los alemanes dijo que considera que la unión entre el PSD y el CDU es una solución de emergencia. Sólo el 30 por ciento se manifestó satisfecho con que comiencen ahora las negociaciones formales entre los partidos.

Por su parte, el gobierno de Estados Unidos celebró el acuerdo. De alguna manera estaba claro que para Washington la elección de la conservadora Merkel era más favorable que la continuidad del poco apreciado Gerhard Schroeder. Sin embargo, el periódico The Washington Times, considerado un indicador de lo que la Casa Blanca realmente piensa, señaló que hay escepticismo en cuanto al acuerdo de coalición, sobre todo porque Merkel, como canciller, tendrá a un socialdemócrata en el cargo de Asuntos Exteriores. Con ello, no morirá el "antiamericanismo del señor Schroeder", comentó el diario.

El periódico conservador Wall Street Journal también fue claramente crítico y consideró "improbable" la implementación de reformas económicas en Alemania dentro de una gran coalición de gobierno.
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Angela Merkel ya se enfrenta a cuestionamientos de la oposición y de su propio partido.

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