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 domingo, 18 de septiembre de 2005  
[Equívocos]
Pantalla chica e infiel
La versión televisiva de "Terramar", la saga de la novelista Ursula Le Guin, no dejó nada conforme a la gran escritora

Irene Ocampo

El mes de julio la señal de cable Hallmark estrenó para Latinoamérica la miniserie "Terramar" basada en las famosas novelas fantásticas de la escritora norteamericana Ursula K. Le Guin. Sin embargo la versión para la pantalla chica es una nueva historia, que dista mucho de la original, y con la que la autora no ha tenido nada que ver.

La producción del canal SciFi de Estados Unidos se estrenó en noviembre de 2004. A partir de ese momento la escritora recibió muchas preguntas sobre el por qué de tantos cambios. En su sitio web, y en algunas publicaciones espacializadas, Le Guin criticó la producción de esta miniserie, y explicó hasta dónde llegó su responsabilidad en tales cambios.

"Un mago de Terramar", publicada originalmente en inglés en 1968, fue hasta los años noventa la primera de la trilogía conocida con el nombre de "Los libros de Terramar". Con "Tehanu" Le Guin amplió la saga, tanto en el número de novelas como en la temática que abarcaba, la que originalmente se completaba con "Las tumbas de Atuán" y "La costa más lejana", cuyas versiones en nuestro idioma se conocen por las ediciones del sello Minotauro desde la década de los ochenta. El año pasado se editó "El viento del norte" y antes "Cuentos de Terramar".

"Cuando vendí los derechos de Terramar hace unos años, mi contrato me daba el status estándar de consultora, que significa lo que los productores quieran que signifique, casi siempre es muy poco o nada. Mi agencia no pudo mejorar esta cláusula", dijo Le Guin en la publicación en internet www.slate.com. "Pero los compradores hablaban como si realmente quisieran respetar los libros y pedirme alguna contribución en la planificación del filme. Dijeron que habían asegurado la presencia de Philippa Boyens -quien escribió los guiones de «El Señor de los anillos»- como autora principal del guión. Para mí el guión era lo más importante, así que la presencia de Boyens era un factor clave en mi decisión de venderle a este grupo la opción de los derechos para filmar mis libros".

Sin embargo, nada de lo que parecía se concretó: ni Boyens participó finalmente en el guión, ni la voluntad mostrada por incorporar a Le Guin en el proceso de producción. "Cuando los productores obtuvieron apoyo del canal SciFi para una miniserie, y otro productor se sumó, Robert Halmi Sr., productor de la miniserie «DreamKeeper», habían perdido a Boyens", dijo Le Guin. Al principio de la producción se pusieron en contacto en forma amistosa y si bien Le Guin ofreció su ayuda preparando un listado con la pronunciación de algunos nombres, lo que le enviaron finalmente fueron varias versiones del guión cuando la filmación ya había comenzado. "Aunque sabía que un filme debe ser muy diferente del libro, esperaba que no hicieran cambios innecesarios en la trama o en los personajes, algo muy peligroso, ya que los libros son conocidos por millones de lectores desde hace décadas", le dijo Le Guin a la producción, siendo ella revisora del guión de uno de sus libros, "La rueda celeste", que llegó al cine en 1980. "Me respondieron que la audiencia televisiva es aún mayor y diferente, y que le importaría muy poco sobre los cambios a los personajes y la historia de los libros".

"Había sido desplazada del proceso de producción -recordó Le Guin-. Y así rápidamente, el tema racial, que era uno de los temas cruciales, había salido de mis historias. En la miniserie Danny Glover es el único hombre de color entre los personajes principales (aunque hay algunos otros entre el reparto general). Cuando revisé el guión, me di cuenta de que los productores no entendieron de qué trataban mis libros y no tenían interés en saberlo. Todo lo que les interesaba era usar el nombre de Terramar y algunas escenas de los libros, en una película del género Super Mágico con un guión sin sentido basado en la violencia y el sexo".

Para quienes no están familiarizados con las obras de Le Guin, vale la pena recordar que tanto en sus historias fantásticas o de ciencia ficción futurista, los personajes no son todos blancos, hay una variedad de razas, como la que existe en el mundo real. Y en Terramar ocurre lo mismo, Gavilán-Ged, el protagonista, es de piel marrón rojiza, ni blanco ni rubio como en la miniserie de TV. Su amigo Vetch es negro, y el resto de los personajes son de esos colores de piel, solamente los kargos tienen la piel blanca, pero sus cabellos son negros o claros, pero son una minoría en el mundo de Terramar.

Le Guin recuerda que nunca tuvo problemas con las editoriales para que las tapas de sus libros reflejaran esta variedad racial de sus novelas. Aunque reconoce que sí tuvo al principio algunos inconvenientes con las editoras inglesas, pero que luego de algunas conversaciones, esos errores fueron resueltos a favor de la escritora.

Esta experiencia llevó a Le Guin a plantear en la revista de ciencia ficción y fantasía Locus tres cosas que a su entender Hollywood no debería hacer con los/as escritores y en especial con quienes escriben en este género, y cuya excepción según Le Guin, es J.K. Rowling, la autora de "Harry Potter", quien mantiene un estricto control del guión y la producción de sus libros llevados al cine.

En primer lugar, la creencia de que el público que ve películas y mira televisión no lee libros.Luego, el concepto de que la fantasía es para niños e idiotas y personas que quieren respuestas sencillas.Y por último la idea de que "uno o dos actores de color convierten al reparto en daltónico así que el resto del elenco puede ser blanco". Con las excepciones de los actores Danny Glover, en el papel del mago Ogion, de Kristin Kreuk, como Tenar, y de Isabella Rossellini como la Sacerdotisa, el resto del elenco de "Terramar" es blanco.

Para quienes esta historia generó ganas de leer, las novelas será realmente una oportunidad de conocer un mundo en donde la magia existe junto con otros elementos, como la ética, la búsqueda de la propia identidad, en un mundo muy parecido al que nos toca vivir hoy. Mientras tanto la autora de la famosa saga de Gavilán-Ged no pierde la esperanza de que "algún día, alguien realizará una verdadera película sobre Terramar".
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La escritora. El mundo imagiando por Le Guin tiene poco que ver con la miniserie televisiva.

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