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domingo,
18 de
septiembre de
2005 |
Las fuerzas armadas
Tomás Ponce dice que a un año de la muerte de su hijo se siente "peor, mucho peor de lo que pensaba a un mes, a dos, tres o cuatro" porque "Fede no está ni va a estar". Junto a Marisa no cesa en recordarlo alegre, cantando, muestra sus objetos, las fotos y abraza a su mujer con extrema ternura cuando la ve quebrarse. Y piensa en sus otros dos hijos y que siempre les dijo que "para ser un buen hombre, hay que ser solidario, no hay que ser jodido" y que hoy se deben estar preguntando "¿cómo nos topamos con una familia diferente, inmunda, una familia que se basa en las armas para poder sobrevivir?". Entonces allí lanza una advertencia: "Los chicos de esta Argentina se tienen que cuidar de las fuerzas armadas".
Según Tomás, el padre de Junior no tiene capacidad para usar un arma, "ni siquiera una gomera, porque estaba cuidando un museo (de Prefectura en Patagones), y tenía una 9 milímetros con 39 disparos para dejarle a su hijo".
Minutos antes de lanzar esa advertencia, los Ponce piden cortar la entrevista porque el prefecto general Carlos Fernández anunció la creación de una delegación sur de la fuerza en Viedma que tendrá 100 efectivos. En frente a Patagones, donde hace un año un arma de Prefectura en manos de un adolescente de 15 años terminó con la vida de tres chicos y malhirió a otros cinco, en un aula repleta de alumnos.
Y para completar el panorama, el prefecto se muestra molesto ante la pregunta de la situación del padre de Junior. "La fuerza ya instruyó un sumario y creo que está cumpliendo el arresto de 45 días por no custodiar el arma". Los Ponce lo vieron por televisión abrazados y conteniendo bronca.
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A un año. "Duele más porque Fede no está, ni va a estar", se lamenta Tomás.
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