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 domingo, 18 de septiembre de 2005  
Chile se despidió de la Constitución pinochetista
Se termina la inamovilidad de los comandantes en jefe y se acorta a cuatro años el mandato presidencial

Santiago. - El presidente de Chile, Ricardo Lagos, promulgó ayer un paquete de reformas constitucionales en un acto lleno de simbolismo que representó la desaparición en la Carta Magna de la firma del ex dictador Augusto Pinochet. Ante centenares de invitados reunidos en un patio del palacio presidencial de La Moneda, Lagos firmó tres ejemplares de la Constitución que quedaron en manos de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Las 58 reformas, que fueron discutidas durante cinco años, terminaron de ser aprobadas el pasado 16 de agosto por 150 votos a favor, tres en contra y una abstención, en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Diputados.

Entre los aspectos más destacados de la enmienda están el retorno de la facultad que tiene el jefe de Estado para remover a los comandantes en jefe de las fuerzas armadas, la eliminación de los senadores designados y vitalicios y la reducción de seis a cuatro años del período presidencial.

Otras modificaciones son la disminución de 40 a 35 años de edad del requisito para ser elegido presidente y senador, el fortalecimiento de las facultades fiscalizadoras de la Cámara de Diputados y la obligación de los ministros de acudir a las citaciones del Congreso. "Esto es un logro de todos los chilenos, de los gobiernos que hemos tenido, de sus legisladores, de los partidos de gobierno y oposición, de los trabajadores y los emprendedores, de las instituciones civiles y armadas, de las fuerzas morales, religiosas académicas y creativas de Chile entero", dijo Lagos.

Sectores de izquierda criticaron la ausencia de reformas en el sistema electoral.

La Constitución tal como estaba hasta ayer entró en vigencia en 1981, en plena dictadura de Pinochet, cuyo régimen suspendió la Carta Magna de 1925 e impuso disposiciones en momentos en que los partidos políticos estaban proscritos, no había registros electorales, no funcionaba el Congreso y la prensa estaba amordazada. (DPA)
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El presidente chileno durante la firma de la nueva Carta Fundamental.

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