Propuestas que rejuvenecen

La información es la herramienta fundamental en medicina, especialmente en áreas como la dermatología estética y correctiva donde por largo tiempo se atravesó un período casi de oscurantismo respecto de principios y técnicas que no tenían que ver con la enfermedad, sino con la salud.

La mayoría de la gente se encuentra en un buen estado de bienestar físico, sin embargo no están conformes con cuestiones vinculadas con el paso del tiempo, o simplemente con alguna característica personal, y buscan en el médico una respuesta.

La experiencia otorga valor a cada una de las terapias con las que hoy se cuenta. Sin embargo, los resultados siempre dependen de los mismos factores: el médico y el paciente.


Tratamiento para el rostro
Para las arrugas, siempre hay varias propuestas, por no contar con una sola respuesta para todas las formas en que pueden presentarse. Sin embargo, lo rescatable, es que cada vez existen más y mejores herramientas.

Para las musculares que pertenecen a los gestos o a disposiciones personales de determinados músculos, especialmente faciales, se encontró en los relajantes un atajo para seguir mejorando los tratamientos. Además de la conocida toxina botulínica, ha hecho su aparición una sustancia nueva: el argilerine. Puede aplicarse inyectable, pero con posibilidades de ser utilizada también en el tercio medio de la cara (mejillas, párpados inferiores, peribucales).

Sólo relaja, no inmoviliza y es de utilidad cuando se pretende lograr el máximo de naturalidad. Requiere varias sesiones hasta lograr el efecto buscado. Es ideal en pacientes que necesitan varias técnicas como el mejoramiento de la piel, ya que puede utilizarse con otras sustancias u otros tratamientos: peelings, microdermoabrasiones, entre otros. También puede ser usada en cremas, con menos beneficios.

Las arrugas producidas por ruptura de las fibras elásticas, degeneración del colágeno o alteración de los fibroblastos (envejecimiento por daño solar), siguen beneficiándose con sustancias que se aplican en forma de cremas, geles o lociones. Tanto los peelings como el láser son cada vez más usuales y específicos en la práctica cotidiana.


Combatir la flaccidez
Actualmente la flaccidez es el centro de atención de todas las investigaciones. Tiene que ver con la bipedestación y la gravedad. En la actualidad, hay dos super estrellas terapéuticas que están tomando una posición firme frente a las cirugías. La sustancia es el dimae (dimetilaminoetanol) que puede aplicarse tópicamente o inyectable, en minidosis provocando un aumento del tono cutáneo, requiere varias sesiones y aportes periódicos.

La técnica más reciente en nuestro país es la aplicación de hilos tensores. Un científico ruso diseñó la estructura: sostener los tejidos blandos que conforman la piel. Su utilidad ha variado desde aquellos primeros que se aplicaron en el rostro, ahora los hay para mamas, brazos, piernas y glúteos.

En la cara se aplican de manera simple sin cortes ni cicatrices, y en zonas de difícil manejo como la caída de la cola de las cejas, las mejillas, el marco de la cara o el cuello. Salvo alguna complicación (infección), quedan de manera definitiva incorporados al organismo. Retrasan o evitan un lifting quirúrgico en aquellas que buscan una mejoría rápida, sin paro laboral.

Los cuidados del paciente, el tipo de material y la técnica utilizada por un profesional entrenado son fundamentales a la hora de evitar riesgos innecesarios.


Terapias intradérmicas
Un párrafo aparte merece la revalorización de otra técnica: la mesoterapia. La mayoría de las sustancias novedosas en el tratamiento de este tipo de consultas son introducidas en la piel en forma de micro-punturas y en minidosis, acompañadas de otras que alargan su permanencia.

El beneficio, según lo manifiestan numerosos estudios, se debe no sólo al aporte que se realiza sino también a la liberación de endorfinas que esta técnica produce, ya que la belleza se genera en ambos campos, el interno con las endorfinas (hormona de la felicidad) y el externo con la luminosidad, suavidad y armonía.

Nora L. Romero

Jefe de la Sección Dermatología

Hospital Escuela Eva Perón