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 domingo, 18 de septiembre de 2005  
Entrevista. Danielle Mitterrand llegó al país como presidenta de la Fundación France Libertés
"El agua es un bien social y debe estar en manos de empresas públicas"
La esposa del ex presidente galo lucha por un cambio total en la relación del orden mundial con el recurso

Rodolfo Montes / La Capital

Aunque fue producto de una feliz casualidad, Danielle Mitterrand llegó a la Argentina en un viaje programado -incluso, luego de varias postergaciones- justo cuando el grupo Suez (Aguas Argentinas) anunció que se retira del país.

Se trata de una etapa más en su militancia por lograr un cambio radical en la relación del orden económico mundial con el agua potable. Desde su Fundación France Libertés, la viuda del ex premier francés François Mitterrand, es fundadora de una red global, el Contrato Mundial del Agua, que puja por darle al recurso entidad de bien no transable, no comercializable y que su propiedad y distribución quede en manos de los estados o de organizaciones comunitarias sin fines de lucro.

"No hay muchas maneras de entender este problema. En Francia, en Bolivia o en la Argentina la cuestión es gestión pública para mejorar el interés general o neoliberalismo", definió Danielle con su media sonrisa, mirada profunda y muy disimulados 81 años, en una entrevista con La Capital , en el octavo piso del hotel Bauen de Buenos Aires.

Se sabe, el negocio de la privatización del servicios de agua potable tiene perfume francés. Las dos principales multinacionales -Vivendi y Suez- son originarias de ese país. Luego de una década de relativo furor y expansión en la privatización de los servicios de aguas, el modelo está en crisis, se observa un retroceso y retiro de las empresas de muchos países donde habían desembarcado. Bolivia es un ejemplo reciente, ahora se suma la Argentina. Pero tal vez el caso más emblemático fue la caída de la concesión en la ciudad de Grenoble, Francia, donde el servicio se reestatizó y el alcalde de la ciudad terminó preso por corrupción comprobada con el grupo Vivendi.

Para la viuda de Mitterrand, históricamente comprometida en la lucha por los derechos humanos, no tiene lógica que "el Estado, por caso, Francia, haya realizado las inversiones -infraestructura, caños- con el aporte de todos los ciudadanos y luego ceda todo el control del servicio y la recaudación total del cobro de las facturas a una empresa que se ocupa de poner en funcionamiento un sistema previamente construido".

Danielle se encontrará con Néstor Kirchner pasado mañana. ¿Le propondrá al presidente que rescinda el contrato con la empresa Suez que, curiosamente, representa intereses de su país?


Mortandad
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 34 mil personas mueren al día por falta de agua potable, que sufre la cuarta parte de la población del mundo: mil quinientos millones de personas. "Es una evidencia que el agua contaminada produce graves problemas en todo el planeta", sostiene Mitterrand.

La luchadora francesa no es una improvisada en el tema aguas. "Mi resistencia tiene varios años, empezó con el manifiesto por el agua y luego con la declaración de Roma", contó a este diario. En efecto, el 10 de diciembre de 2003 en la capital italiana -cuando se cumplía el 55º aniversario de la Declaración universal de los derechos humanos- se estableció que "el agua es un bien común que pertenece a toda la humanidad y a las especies vivas, y que acceder al agua es un derecho humano, social, individual y colectivo".

Danielle anunció sostener su lucha por el derecho al agua. La entiende como una continuidad en su ya antiguo compromiso con las organizaciones defensoras de los derechos humanos. Y en este sentido la une capítulo especial con la Argentina.

-¿Cómo califica las acciones del gobierno argentino, del presidente Néstor Kirchner, en relación a la crisis con la empresa Aguas Argentinas?

-Creo que tiene que pensar muy bien sus pasos. Por el momento veo bien que esté determinado a no otorgar aumentos de tarifas y que se esté evaluando la rescisión de los contratos. Pero yo no estoy dentro del gobierno de la Argentina ni de ningún otro y mi tarea es acompañar a los argentinos en su lucha por la recuperación del servicio a manos de la comunidad.

-¿Cómo ve los problemas en el servicio de agua potable en los distintos países que visita? ¿Son particulares o comunes?

-Escuché testimonios de pobladores en Bolivia, los escucho en la Argentina y muchos otros lugares, y los problemas son los mismos: las empresas no cumplen con los buenos servicios que están comprometidos a brindar.

-¿Qué condiciones deberían darse para que los estados avancen en el proceso de recuperación de los servicios que han sido privatizados hace diez años o más?

-Es necesaria la voluntad política o la acción de los pobladores como en Bolivia, donde fueron rechazados y destituidos dos presidentes por pronunciarse a favor de la privatización de los recursos naturales. Cuando los pobladores son afectados en sus vidas cotidianas y toman conocimiento de otras propuestas, entonces toman fuerza y se movilizan por el recurso natural.

-Muchos analistas hablan del agua como el recurso natural escaso que será motivos de guerras en el planeta, como hoy lo son por el petróleo. ¿Coincide con esa evaluación?

-La guerra de Irak es una demostración palmaria de esa realidad. El que se imponga dominará el recurso de los ríos Tigris y Eufrates y de los grandes acuíferos de medio oriente. Esto será un motivo de guerra, y ese proceso hay que cambiarlo ahora, porque puede desembocar en una catástrofe.

-Hay experiencias de sistemas mixtos, privados y públicos, ¿le parece viable?

-En el caso del agua, ¿para qué inventar lo que ya está inventado? El sistema público es el que funciona, y está comprobado. Por lo demás, las empresas privadas, lógicamente, no encuentran ninguna rentabilidad en ir a llevar agua a la gente que no puede pagar.

-¿Las empresas multinacionales hicieron mal los cálculos con Latinoamérica, por eso ahora se tienen que ir?

-Si ellos hubieran ganado el dinero que pretendían, se hubiesen quedado aquí. De todos modos, no se puede condenar que pretendan ganar dinero, es la razón de su existencia. Son personas lógicas en el marco del sistema de vida y visión del mundo que tienen. Incluso parecen razonables, desde niños vienen de una formación en la competencia, en ganar dinero, en ser más fuertes que los demás. Son cuadrados en la visión que tienen, aunque hay que reconocer que son sinceros.

-¿En el caso del agua es incompatible el interés empresario con el comunitario?

-Ellos no pueden comprender el interés general, han perdido ese valor. Yo tuve reuniones con empresarios y no nos podemos entender, la base de la discusión no puede resolverse. Yo creo que las organizaciones de las comunidades tienen que resistir el poder económico de estas empresas.
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Danielle Miterrand habló con La Capital.

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