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domingo,
10 de
julio de
2005 |
Budapest: la perla del Danubio
En enero de 2000, durante un invierno muy crudo, tuve la oportunidad de viajar a los países del Este. Hungría se sitúa en la región central de Europa, en la cuenca de los Cárpatos, rodeada por los Alpes, los Cárpatos y los alpes Dináricos. Su superficie ocupa el uno por ciento del continente europeo. La mayoría de la población habla el húngaro, idioma que pertenece a la familia lingüística fino-ugria.
El mundo entero se había preparado para la llegada de un nuevo milenio. La humanidad se encontraba en los umbrales del bimilenario del Cristianismo. El 2000 era para Hungría un aniversario doble, porque el Estado húngaro también cumplía mil años. Los festejos se identificaron como el Milenio Magyar.
Este país fue uno de los que más me impresionó por su belleza y su gente. Su capital Budapest, con cerca de dos millones de habitantes, no sólo es el centro de la administración estatal sino de la cultura, las ciencias, la industria, el comercio y las comunicaciones. Budapest es, siempre, una ciudad de ensueño.
Hungría posee una cultura que ha aportado talentos en diversos campos del saber. En su haber suman 12 premios Nobel.
El magnífico río Danubio la atraviesa de norte a sur. Las aguas majestuosas discurren por este atractivo destino de Europa central, donde pudimos descubrir los fascinantes rincones de Budapest. Es, como pocas ciudades europeas, una urbe fluvial. El Danubio, espectacular ya desde las tierras bávaras de Passau, adquiere en la capital de Hungría la magnífica solemnidad que lo convierte en el emperador de los ríos europeos y en la vía de civilización por antonomasia entre Oriente próximo y la Europa norteña, entre los Balcanes y los focos de cultura y desarrollo en el corazón del mundo románico y gótico.
La capital húngara está ubicada en las dos orillas del río Danubio, dividida en dos (Buda, es la zona montañosa y Pest es plana). Posee siete puentes carreteros y dos de ferrocarril que unen las dos orillas del Danubio. Los puentes fueron destruidos durante la guerra y han sido reconstruidos en su forma original. Buda es la vieja ciudad medieval sobre la colina. Pest es el ensanche de la gran urbe que surgió cuando la ya unificada Budapest se convirtió en segunda capital con Viena.
Entre las curiosidades más notables de la capital húngara se encuentra el palacio real de los Habsburgo y el casco viejo de la ciudad, reconstruidos en estilo y forma originales. Frente al palacio real, en Pest, se halla el edificio neogótico del Parlamento. No lejos de allí está la isla Margarita, de 3 kilómetros de largo aproximadamente, con parques, canchas deportivas, piscinas y un hotel curativo, siendo una de las zonas naturales más hermosas de la capital húngara.
Cada una de estas orillas posee gran cantidad de monumentos. Entre ellos el de la Liberación, que conmemora la liberación de los nazis en 1945; la Ciudadela, una enorme fortaleza; el Puente de las Cadenas; la plaza principal del barrio del Castillo; la iglesia de Matías; la basílica de San Sebastián; la Plaza de los Héroes; la ópera, y el Metro Amarillo, el más antiguo del continente. Todo está presente. Sinagogas y mausoleos, héroes de la época magiar y cafés de las conspiraciones decimonónicas y anticomunistas.
Románticos cafés
Tras pasear por el barrio histórico de Buda pude encontrar atmósferas evocadoras del 1900 en los románticos cafés donde degusté el café (kávé) y una elaborada repostería imperial, luego de practicar la tertulia con mis compañeros de viaje y simpáticos lugareños encantados por mostrarnos su ciudad. En el Café Gerbeaud, el New York, el Angélica y el Café Ruszwurm, algunos de estos populares espacios del fin de siglo, reina un ambiente cordial y romántico, ideal para charlar y relajarse. Liszt Ferenctér es una plaza rodeada de bares y discotecas.
Budapest, es la ciudad de los baños, en su mayoría de herencia turca. Allí los placeres termales están al alcance de todos en las diversas estaciones termales y en los hoteles de la capital, donde ofrecen los baños (mosdó), los tratamientos de belleza y antiestrés, a precios muy tentadores. Estas fuentes de salud son un verdadero placer para los sentidos.
Budapest, gracias a sus valores arquitectónicos y naturales así como a la belleza del paisaje, la bonhomía y cordialidad de su gente, ha ganado merecidamente el rango de centro turístico.
María Teresa Vallet Perego
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Fotos
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La capital de Hungría impresiona por su belleza y su gente.
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