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domingo,
10 de
julio de
2005 |
Anticipo. Un ensayo sobre roberto Artl
El arte de inventar
El escritor y periodista Pablo Montanaro propone en su libro, publicado por ediciones Lea, un acercamiento al mundo de Robert Arlt. Aquí un adelanto
En 1927 Roberto Arlt anuncia que está trabajando en una nueva novela a la que define como "un índice psicológico de caracteres fuertes, crueles y torcidos por el desequilibrio del siglo". Asimismo la novela ofrece una conjunción de crítica social y desesperación bajo tres aspectos: psicológico, policial y de fantasía. Dos años después, precisamente en diciembre de 1929, la editorial Claridad publica el nuevo libro de Arlt, titulado "Los siete locos".
La novela le permite expresar con aguda ironía su rabiosa disconformidad con el mundo. Los siete personajes que la protagonizan -acaso lo más sobresaliente de la novela- fueron pacientemente esbozados en la mente de Arlt en sus habituales incursiones al café ubicado cerca de la redacción del diario donde trabajaba de periodista. Los personajes son seres que arrastran una infinidad de angustias, dolorosas rutinas y sueños irrealizables. Pesan en ellos la imposibilidad de alterar sus tristes y melancólicas vidas. Inmersos en la pobreza están completamente desorientados porque han perdido toda esperanza.
Roberto Arlt aclara que los personajes son "demonios" que se mueven "como fantasmas en un mundo de tinieblas y problemas morales y crueles. Si fueran menos cobardes se suicidarían; si tuvieran un poco más de carácter, serían santos. En verdad, buscan la luz. Pero la buscan completamente sumergidos en el barro. Y ensucian lo que tocan.
"A mí, como autor, estos individuos no me son simpáticos. Pero los he tratado. Y todo autor es esclavo durante un momento de sus personajes, porque ellos llevaban en sí verdades atroces que merecían ser conocidas". Podríamos arriesgar que es su propia angustia la que lo lleva a escribir "Los siete locos". Por lo tanto sus personajes cargan esa angustia construida de fracasos, dolores, insatisfacciones.
"Uno roba, hace macanas porque está angustiado. Es que es la angustia, ¿sabe?... Esa jodida angustia la que lo arrastra...", intenta explicar/explicarse Remo Augusto Erdosain, el protagonista de "Los siete locos". Los otros personajes de la novela (Ergueta; el Buscador de Oro; Bromberg, el Hombre que vio a la Partera; Gregorio Barsut; el Astrólogo y Arturo Haffner, el Rufián Melancólico) confluyen en un protagonista, Erdosain, algo así como el Silvio Astier adulto.
Desesperados por desafiar el cruel destino que les espera, resuelven unificarse y así conformar una sociedad secreta con la finalidad de conquistar el poder. Un objetivo que no encuadra con una finalidad política sino metafísica, existencialista. Pretenden llegar al absoluto a través del mal.
La idea de formar una sociedad secreta ya estaba anunciada en la primera novela de Arlt, "El juguete rabioso". Ambas poseen una impronta romántica pero difieren en sus objetivos. En "El juguete rabioso" los tres jóvenes quieren delinquir; en cambio, en "Los siete locos" los induce el ideal de cambiar la sociedad. "Estoy hambriento de revolución social. Quiero permitirme el lujo de ver caer la gente por la calle como caen las langostas", le comenta el Astrólogo a Barsut.
Otra marca común de los personajes de esta historia, es que algunos de ellos son profesionales que cargan severas frustraciones. Provenientes de la pequeña burguesía, son el producto de una desconcertada clase media que ve desbarrancarse ciertos valores éticos y sociales. Pero en realidad lo que está en crisis es un sistema capitalista que hace al hombre un prisionero que nunca alcanzará su realización y, mucho menos, su libertad. Por eso se ha dicho que esta novela contiene un perfil político e ideológico.
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"Todo autor es esclavo de sus personajes", decía el propio Artl.
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